viernes, 23 de septiembre de 2016

Rialp Matxicots 2016


La Rialp Matxicots fue elegida en 2015 como la mejor carrera del año, lo cual viniendo de votos emitidos por los participantes en las diferentes pruebas es una garantía de buena organización, recorrido atractivo, trato exquisito y, en pocas palabras, trabajo bien hecho. El año pasado ya tuve el placer de recorrer estos caminos, en ese caso en la versión larga, de 82 kilómetros. El calendario de este año me hizo decantarme por la versión de media distancia, que consiste en recorrer los primeros 52km de la hermana mayor, probablemente la parte más bonita del recorrido completo. 52km con 4100m de desnivel positivo (reales), terreno bastante técnico, subidas fuertes y poco terreno de "piloto automático". Aquí tenéis el perfil y el recorrido de la carrera:

En pocas palabras, el tema consiste en una primera subida de más de 2000m de desnivel (con sus pequeños toboganes por el camino que añaden aún más metros al asunto), un tramo intermedio con subidas más cortas pero duras y un larga bajada final, sólo interrumpida por un repecho a 5km de meta. Por mi parte llegaba con sensaciones un tanto inciertas. Hace tres semanas del Campeonato de Europa de Rogaine en Aralar y la semana siguiente hice una carrera más corta (19km) de las Trail Series de Lleida, en Almatret, y metí un petardazo de los que hacen época. Cierto que hacía mucho calor y que salí sin agua, pero no puedo evitar preguntarme si el mejor momento de mi temporada ya ha pasado y las piernas ya van de capacaída (creo que es la primera vez que escribo esta palabra, seguro que está mal...). El miedo a las malas sensaciones está ahí, con la pequeña presión añadida de que si en esta carrera tengo malas sensaciones, va a ser un golpe duro para afrontar el último objetivo de la temporada, la Diagonale des Fous, dentro de un mes. En fin, salgamos y a ver cómo estamos realmente...
Y la salida en cuestión es a las 5:30 de la mañana, en la plaza mayor de Rialp, con un ruído presumo que no demasiado corriente en este pueblecito de montaña, que por otro lado durante este fin de semana vive volcado en la carrera. Justo antes de la cuenta atrás, momento para saludos y reencuentros, Jaume, Javi, Alberto, Txomin,... En pocos minutos nos volveremos a encontrar pero ya sobre los senderos. El speaker pone fin a la tensión con una cuenta atrás que lanza al pelotón por los callejones del centro del pueblo. Vamos cogiendo posiciones y afrontamos las primeras rampas tras las últimas casas. Veo que se pone delante un corredor que no conocía pero que Jaume me ha dicho que se llama Dani Parés y que está fuerte. Buena referencia, me pongo detrás suyo. Al poco rato pasan Carles y un chico con zapatillas y mochila INOV (Guillem, creo) y ganan unos metros. Por los alrededores aparece también Javi (Puit), Juanjo Oliva y un tipo de rosa con tatuajes que me pasa realmente fuerte. Yo sigo a lo mío, buscando mi ritmo y captando sensaciones con la curiosidad de ver si mis fuerzas están por ahí o se han ido ya de vacaciones. Esta primera parte es una sucesión de tramos de sendero que obligan a andar y tramos de pista prácticamente llanos o incluso con algún tobogán de bajada que permite alargar la zancada. De vez en cuando atravesamos algún pueblecito que a esas horas está dormido, exceptuando los acompañantes que han subido a animar al pelotón de motivados. En una de esas aparecen por ahí Jaume y Alberto, que participan ambos en la carrera larga de 82km (no lo había dicho pero salimos juntos los de 52km y 82km). Alberto lo trota todo, como si al ponerse a caminar se fuera a quemar los pies. Pues nada, si ellos que tienen 30km más corren, tendremos que hacer lo propio. Diría que los otros cuatro o cinco corredores que llevo por delante son de la corta. La verdad es que pasados 7 u 8 km y una horilla de carrera, puedo decir que al menos he entrado bien en la carrera. Me noto bien de piernas, bien de cardio y bien de respiración. Llegamos a Llessuí, donde está el primer avituallamiento (km10), pego un trago de Aquarius y me tomo un gel y un membrillo de los que llevo. "Vinga Albert, no et despengis del grup aquest" me grita Jaume "Tranqui, tranqui", ya que voy bien, empecemos a comer que si no después pasa lo que pasa.
Una vez ingeridos mis dos bocados de la mañana, aprieto un poco y recupero la distancia perdida en un tramo de asfalto más o menos cómodo que nos lleva a una pista que marca el inicio de la subida definitiva al Coll de Triador. Nos agrupamos un servidor, Carles, Dani Parés, Guillem, Juanjo Oliva y Jaume (estos dos últimos de la larga). Por delante va el tío de rosa y al que no veo es a Alberto, que como me dijo después ha decidido levantar un poco el pie. Sigo con buenas sensaciones y casi sin querer me pongo en cabeza del grupo.

Inciso: No lo había comentado pero voy sin bastones. No porque prefiera ir sin bastones, yo soy "bastonófilo" incondicional, pero si recordáis reventé uno en la Buff Epic Trail. Todavía no los he repuesto y como en la Diagonale des Fous no está permitido llevarlos, estoy aprovechando para acostumbrarme a ir sin ellos.

Así que manos en las rodillas voy siguiendo las banderolas que ahora nos guían por una serie de senderos de vacas que atraviesan unos prados en los que se empiezan a intuir las primeras luces del día. El chico de rosa sigue a unos 100 metros. En algún momento alguien dice que es de la larga. Joder, no sé quien es pero parece tenerlo muy claro... Las últimas rampas nos acercan al grupo de jeeps y espectadores que han subido hasta el Coll de Triador (2200m, km 16). Llegamos al avituallamiento Carles, Jaume y yo, con Dani un pelín más atrás. Jaume ni para. Yo relleno el flasco de agua, pillo un trozo de plátano y salgo junto con Carles. El resto de corredores se quedan un pelín más atrás. Tanto da. Yo ya me he declarado en estado oficialmente "contento" porque me estoy encontrando bien. No sé si estaremos yendo lentos o qué (no llevo reloj), pero ni rastro del miedo que tenía a no encontrarme bien de salida.

Las banderolas nos llevan por unos prados con pequeñas rampas de subida que nos acercan a la temida pirámide final del Montsent de Pallars. Aprovechando que Jaume se para un momento a cambiarle el agua al canario, Carles y yo le damos alcance y afrontamos las primeras rampas de subida juntos. Por delante sigue el de rosa a unos 100 metros, que se confirma que hace la carrera de 82km y por detrás parece que abrimos algo de hueco. La pendiente se acentúa y echo de menos los palos, pero dentro de la dureza subo relativamente bien e incluso recortando distancia con el corredor de cabeza. También aprieta el frío (después nos dijeron que en la cima estábamos a -4ºC) pero he aprendido del año pasado y hace un rato que me he puesto los guantes y los manguitos. Con eso y el calentón del desnivel, tiro relativamente bien. El recorrido pasa por una chimenea y sube varios escalones rocosos antes de llegar a la cima de la montaña, donde encontramos 15 o 20 personas entre organización y espectadores. Así da gusto correr...

Operaciones logísticas: guardar el frontal y comer algo. Carles se pone en cabeza y empieza a bajar a buen ritmo. Damos alcance al corredor de cabeza que parece que ha perdido algo del fuelle inicial o quizá simplemente ha decidido regular más en vistas de lo que queda. Atravesamos una zona de aspecto lunar que me gusta especialmente, antes de afrontar el repecho que nos lleva a la cima del Montorroio. Carles va en cabeza, se me va un poco en las bajadas y recupero en los repechos, siempre con sensación de controlar bien las energías. Jaume viene cerca detrás nuestro. Pasado el Montorroio nos lanzamos por una tarterilla a un collado y de ahí por prados en dirección al circo de Mainera, un entorno de alta montaña que ya atravesamos en sentido contrario durante la Buff Epic Trail, en julio. Comer y beber, comer y beber (como dice Perico) y vamos bajando algo relajados, de forma que cuando me doy cuenta han llegado unos cuantos corredores por detrás. Jaume, Emili (el de rosa) y también el chico de Inov (Guillem) y Dani Parés. Así llegamos al avituallamiento del Pas de Mainera (km25, 2200m).
Cojo algo de jamón salado, porque en al subida anterior he tenido algún amago de rampa lo cual puede indicar un déficit de sales. También algo de fruta y relleno uno de los flascos con Aquarius. Tengo mucha comida en la mochila así que poco más que hacer aquí. Sigamos. Salgo primero del avituallamiento, con Carles detrás y Mayayo (de carrerasdemontana.com) pegándose un sprint para echarnos unas fotillos. Un poco más atrás van viniendo el resto de corredores que se nos habían unido en el descenso anterior. Subimos ahora al coll de Picardes, un ascenso que alterna tramos realmente empinados con falsos llanos donde se puede trotar. Intento no cebarme en las subidas, no obsesionarme con distanciarme de mis perseguidores. Si me siguen, pues que me sigan. Eso me permite afrontar los tramos llanos con ganas y energías de trotar, de forma que mantengo una actitud activa y positiva en carrera. Bordeamos un bonito lago y nos aproximamos al repecho final, que es una rampa de las que quita el hipo. El año pasado las banderolas subían recto, pero este año el itinerario hace algo de curva hacia la izquierda. No hay camino, así que tanto da. Sigo con la misma dinámica, a mi ritmo, sin salirme de punto. Los demás parece que van siguiendo, sobre todo los Carles, Guillem y Dani. No se si van fácil o no, de hecho no sé si estamos yendo rápidos o lentos (es lo que tiene correr sin reloj ni referencias). Jaume y Emili sí que parece que aflojan un pelín.
Llego a lo alto del collado con vientecillo que arrastra pequeños cristales de agua-nieve. Las últimas rampas si que me han hecho subir un poco los colores así que me llevo a la boca un trozo de membrillo. Hay que seguir aportando gasolina al cuerpo. Empiezo la bajada por el sendero empinado que tan duro se nos hizo en la Buff Epic Trail, subiendo por aquí con Alberto y un corredor vasco. Enseguida noto que mis acompañantes se me han pegado detrás. Intento bajar lo mejor que puedo pero veo que no estoy en mi día más ágil. No sé si será el miedo a torcerme el tobillo derecho, que tengo bastante castigado desde hace un mes, con varios amagos de esguince. La cuestión es que a la que el terreno se abre un poco me empiezan a pasar, primero Guillem, luego Dani y finalmente Carles. Intento aumentar el ritmo pero se va abriendo algo de hueco. Aprovecho algún repecho para recuperar algo pero llegamos a la bajada definitiva hacia Super Espot y los tíos bajan a zancada limpia. Bueno... concéntrate y haz lo que puedas. El último tramo es menos técnico, simplemente bajada a saco por una pista de esquí, y parece que la distancia se estabiliza en unos 100m (30 segundos). Así llegamos al avituallamiento, donde volvemos a agruparnos los cuatro.
Lleno un flasco de repuesto que llevaba con polvos de hidratos de carbono (los que llevo usando desde Valls d'Aneu y que me van bastante bien), cojo un par de trozos de melón y salgo del avituallamiento junto con ellos, así que volvemos a formar un grupo de cuatro. Viene ahora una subida de unos 200 metros de desnivel, por un sendero cómodo que describe un par de eses. Vuelvo a estar en mi terreno y subo en cabeza, aunque mis compañeros me siguen sin problemas, sobretodo Carles y Dani. Sigo sin cebarme, sobretodo después de ver que necesitaré todas mis energías para intentar mantenerme con ellos en la bajada siguiente. Una vez coronemos sólo nos quedarán 17kms: 12 de bajada, 2 de subida y 3 más de bajada. El pequeño correctivo del descenso anterior me ha quitado el optimismo que tenía antes.
Llegamos a la cima y se nota que el final se acerca y los lobos empiezan a levantar las orejas y afilar las uñas. Antes íbamos charlando de vez en cuando pero ahora ya veo que Carles se pone en cabeza y empieza a poner un ritmo ágil. Hacemos un tramo por pista y nos metemos por un sendero a la derecha que flanquea y acaba girando hacia abajo para meterse de lleno en la Vall d'Assua. Dani coge la cabeza en un tramo de revueltas por un sendero relativamente llevadero. Yo voy tercero y de momento mejor que en la bajada anterior, supongo que por ir por camino y terreno menos técnico. A ver si llego al avituallamiento siguiente con ellos y me la juego en la última subida. Me concentro, dejo unos metros entre Carles y yo para ver bien el camino y voy bajando algo más cómodo. Contradictoriamente, aprovecho los tramos de breves subidas para recuperar aire y sensaciones. Empiezo a tener la esperanza de aguantar esta larga bajada. Además empiezo a intuir que Guillem, que va a cola de grupo, no va tan bien como me parecía. A ver si almenos aseguro el podium...
Pero en una de estas Dani se despista un momento... "Es por abajo!" dice Carles, y coge el camino correcto, con Dani inmediatamente detrás y yo igual. Cambio de liebre... No me gusta... El ritmo de Dani lo estaba siguiendo bien, ahora el cambio puede ser a mejor... o a peor. Y es a peor. Enseguida noto que Carles ha subido una marcha. El sendero es estrecho y baja sin mucha pendiente. Si estás bien y ágil se puede correr mucho. No es mi caso. Tengo que ir super concentrado para ver dónde pongo el pie y me voy notando cada vez más al límite y con la sensación de que en cualquier momento o me meto una ostia o me tuerzo el tobillo. De vez en cuando algún repecho salvador viene en mi auxilio, pero vuelve la bajada y Carles pone un ritmo despiadado. Cómo va el tío. Mira que es un tipo de camino que otras veces me va bien. Sendero rápido y poco difícil, pero hoy me parece mucho más técnico. Empiezo a hacer un poco la goma con Dani, primero cinco metros, después 10 y después 15, y finalmente llega el momento que tenía que llegar. En un tramo de hierba cruzando un prado (y probablemente ayudado por alguna moñiga de vaca) pego un resbalón y me voy al suelo. El tobillo bien, el golpe poco grave, pero pierdo 5 segundos y la poca dinámica que llevaba, con lo cual Dani y Carles aumentan la distancia. Mientras recupero el ritmo llega Guillem, me pregunta si estoy bien y seguimos hacia abajo sin tiempo que perder. Al no tenerles a la vista todavía me cuesta más mantener un ritmo rápido y pierdo algo más de terreno, hasta que salimos a una pista y veo que me llevan 100 metros. Al menos aquí se mantiene la distancia e incluso recorto algo antes de llegar al avituallamiento de Caregue (km46,5).
Bajo la rampa hacia el avituallamiento y veo a Carles que sale por la calle de abajo. A Dani me lo encuentro que sale del avituallamiento justo cuando llego yo. Debe haber unos 30 segundos entre cada uno de nosotros y yo le llevo otros tantos a Guillem. Qué estrés... Dani me ve y sale disparado, mientras yo me paro a echar un trago de Aquarius mientras mi madre (mis padres vinieron a verme a este punto) me rellena uno de los flascos con Powerade. Una completa estupidez por mi parte. Llevo el otro flasco lleno de Aquarius y nos quedan solo 5km, y voy yo y me quedo ahí bebiendo de una botella y perdiendo el tiempo en lugar de engancharme a Dani. En fin... Salgo calle abajo y después por un camino que baja al fondo de valle. A Carles no le veo pero Dani va mirando hacia detrás debatiendose entre los roles de cazador y presa. Cruzo el puente y corro hasta el pie del repecho. Aquí empieza de nuevo lo que debería ser mi terreno. Veo a Dani a unos 60 metros y eso me anima a trotar, aunque me digo a mi mismo que mejor no cebarme. Otra estupidez, te quedan sólo dos kilómetros de subida, aquí ya tienes que vaciarte completamente... El caminillo me lleva hasta el pueblecito de Escás, donde entre los recovecos de las calles no alcanzo a verle. Salgo por la parte arriba y de repente... sorpresa. Carles baja de frente por una carretera. Hay un coche parado. Le pregunto a una chica que por donde es y me señala en una dirección por la que sale un sendero bien marcado con cintas, justo a la derecha de la carretera (la mala pata fue que por la carretera, al fondo, había una cinta blanca vieja que se podía confundir y supongo que eso es lo que le pasó a Carles). Llego al camino junto con Carles, que llega en pleno estrés. "M'he perdut! Merda!"... "Bueno va, tranquil que hi ha temps i és aquí mateix". Veo que entra por el camino corriendo. "No et cebis, cap, que el tenim aquí mateix"... y me deja pasar para que marque yo el ritmo. Y eso hago. En otra recta vuelvo a ver a Dani. No está lejos, pero no está más cerca que al principio de la subida. Veo que Carles se queda algo... "Venga Carles! Oblida't del tema i no et rallis"... "Estaves baixant molt bé, les cames hi són, no deixis que el cap t'ho espatlli"... Pero esa es la teoría y sé muy bien que en la práctica estos despistes son una cortada de rollo. Poco a poco Carles va perdiendo algunos metros y yo me voy a por Dani. Pero sigo en la misma tónica, le voy viendo, tengo la sensación de que ya le recortaré, ya le recortaré... Pero no le recorto y a la que me doy cuenta se me ha acabado la subida. Un caminante me dice que ha pasado hace 30 segundos... Bueno vamos a intentarlo... Pero vuelve el descenso, territorio comanche. Acelero pero no suficiente. Algún escalón rocoso me hace prácticamente parar y por lo general, el sendero llanea flanqueando con la ladera que cae a mi derecha, perfecto para que en cualquier momento mi tobillo derecho se doble hacia ese lado... No alcanzo a ver más a Dani. En cambio el que sí llega es Carles, que se ha serenado un poco y vuelve a bajar como un avión. Le dejo pasar, le animo y sigo a mi ritmo, ya centrado en conservar la tercera posición. Me ha parecido que Guillem no iba fino, pero en las bajadas anteriores estaba bajando muy bien por terreno técnico y si se recupera me puede birlar el pódium fácilmente. Un amago de torcedura al salir a una pista me vuelve a reclamar concentración y precaución. La ruta va alternando tramos de pista y caminos con piedras para aburrir. Afortunadamente salgo a la carretera que lleva a la Barraca dels Caçadors, desde donde quedará solo un kilómetro hasta meta. Me giro y no veo a Guillem en 100 metros. Bueno, parece que la tercera plaza no la pierdo. Salgo a una pista y Carles va unos 80 metros delante de mí, ya más tranquilo ante la imposibilidad de alcanzar la primera plaza. Yo voy también tranquilo porque no voy a luchar por la segunda posición. Si no fuese por el despiste que ha tenido no hubiera dado alcance a Carles, así que mi plaza es esta y tan contento. Pero al entrar al pueblo veo que Carles se frena y me espera. "Entra, entra, tranquil!" le grito, pero me espera y entramos juntos a la última recta en un gran gesto por su parte. Nos damos la mano y la levantamos en esos últimos metros. Me paro un momento antes de la línea de meta. Me parece justo que cruce él primero y las posiciones queden así. Ha hecho una gran carrera y la bajada decisiva la ha hecho de una forma admirable. Al final Dani nos ha sacado dos minutos, en un final de carrera que ha sido verdaderamente entretenido. El tiempo, 6h47 para Dani y 6h49 para nosotros (Guillem llegó 4º con 6h55'). Un buen tiempo, teniendo en cuenta que Jordi Gamito, que no es un cualquiera, el año pasado hizo 6h58, bien es cierto que sin mucha oposición.
 
Por mi parte, un balance con un poco de todo, aunque seguramente más positivo que negativo. Me he encontrado mejor de como temía encontrarme. En las subidas me he notado con fuerzas y a pesar de ir sin palos (y de lo que me gustan...) he sido capaz de hacer la carrera a buen ritmo, con buena gestión del esfuerzo y sin momentos de crisis. En lo negativo, la sensación de que no mantengo el tipo en las bajadas, algo que ya me pasó en al Buff Epic. Respecto a los corredores que tengo a mi alrededor, tengo al sensación de ir mejor que ellos en las subidas pero bastante peor en las bajadas. No sé si es un problema de fuerza de piernas o si voy con miedo al tobillo o qué, pero la cuestión es que para ser competitivo en estas carreras hay que subir y bajar. Pero bueno, las conclusiones de la carrera son buenas, tengo chispa para entrenar este último mes que queda hasta la Diagonale des Fous, y no más carreras hasta ese día. Sólo un rogaine el 9 de octubre y por lo demás, a guardar el chip competitivo para el día D.
Un gran fin de semana rodeado de familia y amigos, disfrutando de la montaña y de la compañía, y volviendo a casa con la sonrisa en la cara. Y como no, agradecer a Carles el detalle de compartir esa llegada. Uno de esos momentos en los que te alegras de practicar este deporte.

Besos y abrazos

P.D: mención especial para los participantes en la prueba de 82km, que acabó ganando Alberto con un tiempazo de 10h57', pulverizando el record anterior; segundo Emili Rafecas, tercero Erlantz, un chico del país vasco y cuarto Jaume, un resultado espectacular después de los 100km de la Canfranc-Canfranc la semana pasada.

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