viernes, 31 de enero de 2014

The Wild Boar

Marchando una de orientación...

Por cuarto año consecutivo, el fin de semana pasado volví a disputar el Rogaine The Wild Boar, en los alrededores de La Llacuna, cerca de Igualada (a unos 60kms de Barcelona, para los lectores internacionales... aunque parezca mentira alguno hay a juzgar por el mapa de colorcitos que sale en las estadísticas de mi espacio en blogger.com...). Este año "traicioné" a Lluis y Roma, mis antiguos compañeros de batalla en esta carrera, para formar equipo con Jaume, con quien pensamos seguir la Lliga Catalana de Rogaine durante la temporada. Creo que ya lo he contado alguna otra vez (probablemente hace dos meses cuando hicimos el Rogaining de Cap de Creus), pero por hacer un repaso rápido, el Rogaining es una modalidad de carreras de orientación en la que te dan un mapa de un cierto territorio donde hay dispuestas una serie de balizas, cada una con una puntuación. Se trata de hacer el máximo número de puntos en un tiempo máximo determinado, que en este caso era de 6 horas.
Total que después de compartir un ameno viaje, como siempre, con Lluis, Roma y Tere, rememorando viejas excursiones a la montaña, nos plantamos en la Llacuna el sábado a las 9 de la mañana. Dorsales, material, agua y para la plaza, donde me encuentro con Jaume y comentamos la jugada de cara a la carrera. Como en cada Rogaine, nos dan el mapa 20 minutos antes de la salida, que será a las 11, para que cada equipo se tire por el suelo, florescente en mano, y diseñe la estrategia que crea conveniente. Esto es lo que nos encontramos:



La Llacuna, punto de salida y meta, es el pueblo que se ve a la derecha. Yo a primera vista me fijo en la parte superior izquierda, toda con balizas de buena puntuación (los puntos son la cifra de las decenas, 82 vale 8, 67 vale 6, etc...), pero Jaume me dice, con razón, que están muy separadas. Por el contrario en la parte sur las balizas están más juntas, así que me cuesta poco convencerme de que ahí está la buena estrategia. Empezamos trazando un recorrido en sentido antihorario, empezando por la 31, 75, 32. 53... y de esa forma recorremos toda la zona obviando solo 2 o 3 balizas. Cuento rápido la hipotética puntuación y salen del orden de 150 puntos, que sobre 255 totales es bastante. Si conseguimos hacer eso estaremos entre las primeras posiciones. A falta de 5 minutos para la salida comentamos la jugada con el equipo de al lado, en el que está Mireia, compañera de Jaume, que nos dice que ellos hacen parecido pero en sentido opuesto, ya que así la zona con más desniveles la salvan al principio. Tiene toda la razón, así que decidimos invertir totalmente el circuito que habíamos pensado y salir en dirección a la 41. Eso tiene la ventaja añadida de que en caso de llegar con tiempo nos es más fácil ir a buscar alguna baliza adicional a la zona superior derecha del mapa, justo al norte del pueblo. Los últimos dos minutos antes de las 11 le echamos un vistazo a la ruta a la primera baliza. Vamos a ser como una horda de orcos, todos hacia ella, pero nos damos cuenta de un detalle que puede hacernos ganar algo. La baliza está en lo alto de un cortado de 15m de altura (os he puesto la simbología arriba). Eso hace que probablemente sea mejor atacar desde la derecha según miramos el mapa, por lo alto de la loma. Veremos... Con estas últimas reflexiones se da la salida y allá que nos vamos!
Efectivamente mucha gente ha elegido esta alternativa para empezar. Salimos del pueblo con 4 o 5 equipos delante y todos se van hacia el camino del fondo de la vaguada. A mi me da que si el cortado es escarpado puede ser una trampa así que nos metemos a la izquierda por un senderillo y enseguida hacia el sur por lo alto de la loma. En efecto, llegamos arriba antes que nadie, pequeña victoria moral, pero en medio de la excitación y el estrés (injustificado a estas alturas de carrera), yo que voy delante me paso la baliza. Volvemos atrás buscando la aglomeración de gente que nos marque la ubicación y finalmente fichamos en medio de un atasco considerable. Salimos escopeteados hacia abajo, yo algo frustrado después de que esta primera baliza no haya salido bien.

Vamos hacia la 51 por el camino del fondo de la vaguada y desvío hacia el oeste que nos tiene que llevar directo. Por el camino, Jaume pone un ritmo vivo con el que vamos pasando a todo el mundo hasta que nos quedamos los primeros (de los que hemos salido hacia esta zona). Acertamos bien el desvío correcto y después de un repecho llegamos fácil a la baliza y seguimos por el sendero en dirección sur, momento en que le pido a Jaume que baje una marcha porque me noto fuera de punto.
De camino a la 66, la idea es intentar seguir una linea naranja (no se si se ve mucho en la imagen) que indica terreno abierto para una línea eléctrica. Le echamos un vistazo pero no promete, así que nos volvemos al camino para ir a dar la vuelta por el sur. A todo esto se nos han acercado los equipos que venían por detrás, pero en el tramo más corredor volvemos a sacar algo de ventaja. Con esta opción llegamos sin demasiada dificultad a la 66, con un pequeño tramo de descampado al final.
Deshacemos unos metros hacia el este hasta el primer sendero (reconozco que dando algo de rodeo por la derecha para no servir la baliza en bandeja a nuestros perseguidores, pero qué queréis, esto es una carrera, ;-)) y lo cogemos hacia el sur. El siguiente objetivo es la 56, a la que se puede llegar por una serie de pistillas y cruzando un pequeño campo (la zona naranja fuerte) al final. Empiezo a encontrarme bien y rodando a buen ritmo, a ver si cojo la buena onda, cómo bien y puedo estar a la altura hasta el final (después del último tramo de Cap de Creus y sobre todo del entreno del dia de Nochebuena estoy un poco acojonado e inseguro de poder seguir el ritmo de Jaume...).
Ahora tocan los apetitosos 9 puntos de la 91. Atravesamos una serie de campos hacia el suroeste, separados por varios taludes embarrados donde encontramos a una chica pasándolas canutas. Primer contacto con nuestras amigas las zarzas. Finalmente llegamos a un camino que seguimos a la izquierda en dirección sur y suroeste, y como no vemos claro el atajo directo hacia el sur por enmedio del bosque, pasamos de largo y llegamos hasta la baliza casi enteramente por camino.

Siguiente objetivo, ir hacia el este e ir a buscar las balizas de la esquina inferior derecha del mapa, empezando por la 44. Un tramo muy corredor y favorable en descenso, por el que avanzamos rápido, cruzándonos con Roma, Lluis, Tere, Cris, Silvia y Maria (Inciso publicitario: https://www.facebook.com/forrestgumpwasawoman, ellas cuatro van a correr la Intermon Trailwalker de Girona así que quien se quiera animar a echar una mano ahí queda! Tere, esto no es la Superbowl, pero almenos los anuncios salen más baratos...). Nos cruzamos también con el grupo de Mireia antes de coger una pistilla que nos lleva a la 44 de cabeza. Bastante fácil también, llegamos a la 84 por una pista que se convierte en sendero, donde encontramos algo de atasco.
Hasta el momento todo está yendo bastante bien, corremos a buen ritmo y hemos encontrado las balizas fácil, quizá exceptuando la primera, pero en la que tampoco hemos perdido mucho tiempo. Pero ahora toca la 73 que no tiene muy buena pinta. Primero que nunca me queda muy claro lo que quiere decir el elemento que marca en la simbología. Segundo que esta en medio de una vaguada donde no se puede llegar por camino desde donde estamos. Empezamos a subir por el fondo de la vaguada sin tener muy claro qué lado es mejor. Empezamos por la izquierda (sur), vemos gente al otro lado y cruzamos, el terreno no promete y volvemos a cambiar y finalmente acabamos encerrados en vegetación espesa. Perfecto, aquí empiezan a caer los bastos. Entre arañazos e inicios de energía negativa acabamos saliendo a una zona más clara del fondo de la vaguada donde se ha acumulado bastante gente que parece buscar lo mismo (aunque nunca sabes quién la ha encontrado y disimula). Yo ya ni siquiera tengo muy claro si estamos demasiado arriba o abajo. Echamos un par de vistazos pero pinta que nos podemos liar media hora y no encontrar nada. Decidimos pasar de la baliza y seguir adelante, con Ivan Artigas (he coincidido con él en Cavalls del Vent 2012 y UTMB 2013) y su compañero de equipo. Vamos dirección oeste, suroeste intentando llegar al camino que nos lleve a la 65... cuando de repente aparece la baliza colgada de un árbol. Pues realmente estaba desubicado porque yo ya pensaba que estábamos mucho más lejos. Vamos, que 7 puntejos de pura chiripa. Sumidos de nuevo en la buena onda bajamos a ritmo ligero hacia el este por la pista gorda y cogemos senderillo al sur hasta que en una curva nos lanzamos en diagonal hacia abajo hasta el claro del bosque donde está la 65, que nos ha salido la mar de bien.
Ahora todo al oeste en ascenso hasta toparnos con la pista importante (línea negra contínua) y de ahí noroeste hasta la 43, que está entre dos cortados. Yo me voy demasiado arriba pero Jaume la encuentra bien debajo de unas rocas. Volvemos al camino y a buscar la 57, todo por pista y en descenso muy favorable, con un tramo último de camino facil. Está bien un poco de relax.

No hay mucha elección para ir hacia la 85. Seguimos sendero al norte y oeste, rodeamos la propiedad privada (verde oscuro) y vamos siguiendo una serie de caminillos que llevan hasta la baliza, que está en un bosquecillo. Además, nos encontramos a un par o tres de equipos saliendo de la baliza, lo que nos facilita al faena. Más camino hacia el norte, camino de la 74, identificando bien las curvas para no pasar de largo la entrada de un senderillo que nos ha de llevar a un campo que atravesamos y nos deja al lado de la baliza, que ha sido bastante cómoda también.
Próximo objetivo, 47. Vamos al norte por un camino que bordea unos campos y enlazamos con un corto tramo de carretera. El terreno pica para arriba y me noto un pelín justo. Señal de que toca comer. Estoy intentando seguir la norma de comer cada hora en punto, o un kit kat o un mini-snickers. A ver si con esto voy mejor que otros días. Después de pasar junto a una casa, una serie de caminos algo confusos nos dejan en un campo que bordeamos hacia el oeste hasta coger un sendero que nos deja en la baliza. Sin perder tiempo seguimos adelante hacia la 81, que parece bastante clara siguiendo caminos y pistas que van bastante directo. Únicamente presenta problemas la entrada al sendero que da acceso, que no se vé demasiado y hay un par de grupos encallados, pero bajamos algo más abajo y la encontramos. De ahí a la baliza es un momento. Muy buen parcial, la verdad es que no sé cómo lo estarán haciendo los demás pero no llevamos ni 3 horas y tengo la sensación de que corremos a un ritmo decente y estamos clavando bastante las balizas...
Pero aquí empezó la fiesta...
El camino a seguir hacia la 77 parece bastante evidente, unos 300m al norte atravesando un zona "semiabierta" hasta encontrar un camino importante y a la derecha para buscar un sendero que baja por una loma hasta cerca de la baliza. En cuanto asomamos a lo alto nos encontramos con un panorama muy poco acogedor. Lo que yo esperaba que fuese un campo con arbustos esquivables por los que incluso se pudiera trotar, es un estepar espeso que nos recibe con los brazos abiertos y sonrisa burlona. La alternativa es dar una vuelta del copón hacia el este y por el color del mapa no debería ser tan grave, así que me lanzo al ataque... El terreno es malísimo y el avance se convierte en una lucha constante, entre arañazos, pinchazos y momentos en los que tienes la sensación de estar atrapado en una telaraña. Otros grupos están yendo más a la izquierda, pero yo creo que la dirección buena, o al menos por la que tenemos menos trozo campo a través que atravesar, es hacia el norte, lo que estamos haciendo. Con la moral bajando en picado, acabamos saliendo al camino, lo que supone un cierto respiro. Lo seguimos a la derecha en busca del sendero en dirección noroeste que nos debería conducir a la baliza. Encontramos al entrada entre un par de curvillas izquierda-derecha de la pista que se ven en el mapa. Nos metemos pero al cabo de 200m se pierde... Mierda, ya volvemos a estar igual. Deshacemos camino y probamos más al este (hay dos senderos que bajan, alguno tendremos que encontrar...). Nada... Después de tres intentos, y con la sensación de que se nos ha ido la carrera, decidimos volver a la pista y seguir todo por camino. En el momento álgido del estrés y la desesperación, pierdo el camino de vuelta a la pista. Joder, sólo faltaba esto. Medio por cabreo, medio por tozudez acabo saliendo a la pista. Nos reunimos un momentillo para deliberar y embargados por una desgana importante nos vamos hacia el oeste por la pista, para ir a dar un rodeo largo, pero teóricamente seguro, por pista hasta la ansiada 77. Finalmente llegamos, 43 minutos desde la 81... Sin comentarios.
Con la sensación de que se ha escapado la carrera, deshacemos el camino por donde hemos llegado y giramos a la derecha para aproximarnos a la baliza 63. Para llegar hay que atravesar un tramo campo a través que sobre el mapa pinta similar al anterior, pero que al final resulta ser mucho más abierto. Esta incoherencia me cabrea un poco, me da que desde que se revisó el mapa en la zona anterior, las zarzas se han hecho del Opus y han decidido procrear a discreción... En fin, ya no se le puede hacer nada. Esta vez atinamos bien la dirección y tras un tramo de bosquecillo aparecemos directos en la 63. Unos metros más allá en dirección noroeste llegamos a un sendero que seguimos a la derecha (noreste) hasta debajo de la montaña donde se encuentra la 86. Estos 8 puntos toca pelearlos algo más a base de más zarzas y arañazos, pero cruzamos la cima y encontramos la baliza sin mucha dificultad. Coincidimos ahí con un equipo de tres finlandeses en el que uno de ellos tira de otro con una goma atada a la cintura. Curioso...
Para llegar a la 55 propongo bajar en dirección sureste a buscar una curva que forma el valle y un camino importante que pasa por su fondo. El terreno parece más abierto, llegamos a la pista bastante directos y de ahí a la izquierda corriendo a buen ritmo para acercarnos todo por caminos hacia la 55, que esta en un cortado al fondo de una vaguada. Un minuto antes de llegar nos cruzamos a los finlandeses que ya han fichado... Joder, pequeña derrota moral, yo pensaba que nuestra opción era la buena... Pues nada, el que sabe, sabe...
Las siguientes dos balizas son la 46 y la 76, que caen relativamente fácil siguiendo senderos. Ya llevamos más de 4 horas y las fuerzas no están para muchos inventos, más después de lo visto, así que intentamos asegurar el tiro. La 36 sí requiere algo de campo a través pero por terreno muy fácil. En nuestro plan el siguiente objetivo es la 53, que no queda muy lejos en línea recta, pero que tiene pinta de que está separada de nosotros por un cortado poco apetecible, a juzgar por lo juntas que están las curvas de nivel. Conclusión, nos vamos a dar una vuelta del copón hacia el oeste y llegamos hasta la baliza en una cuesta que a mí me deja bastante tocado. Hasta ahora he ido comiendo cada hora en punto, pero aquí avanzo un poco el guateque (un kit kat...) para ver si reacciono. Coincidimos aquí con otro equipo que normalmente está entre las primeras posiciones. Me pongo delante de Jaume para marcar yo el ritmo y que no me saque de punto, porque como dice Perico, el Tío del Mazo puede estar detrás de cualquier árbol. Afortunadamente veo que aún soy capaz de llevar un ritmo algo superior al del otro equipo. Un camino bastante directo nos lleva a la baliza 32, en lo alto de un cortado de 50 metros que es una perfecta autopista hacia el cielo. Mejor no caerse...

Ya nos vamos acercando al final, quedan 45 minutos, y vamos hacia la 75 subiendo por una serie de pistillas y senderos que no me hacen ninguna gracia. La idea es coger un sendero que bordea la montaña detrás de la cual (al sur) está la baliza, y una vez se acaba el camino seguir bordeando por la curva de nivel, pero al llegar al final del camino nos encontramos con un par de franceses que se tienden a subir por el lomo de la colina. A mí me da la sensación de que estamos subiendo demasiado, pero con las fuerzas se ha ido la iniciativa y la solidez de ideas, así que sigo detrás de Jaume y los dos franceses. Finalmente llegamos a lo alto del monte y queda claro que no vamos bien, así que bajamos de nuevo hacia la vaguada, donde se nos facilita la tarea de encontrar la baliza por la presencia de un par de equipos, uno de ellos el de antes, más lentos pero más seguros.

Nos queda poco más de media hora, así que nos da tiempo de ir a rascar algun puntillo más por la zona al norte del pueblo, empezando por la 33. Deshacemos camino en dirección noreste y bajamos por la loma hasta un camino, que seguimos a la izquierda. He cogido algo de aliento. Jaume me comenta que está algo cansado (afortunadamente es humano), pero a mí parece que el kit kat se me ha asentado y el hecho de que quede solo media hora de esfuerzo me da energía. En un tramo de pista favorable le hecho un vistazo al mapa y propongo intentar 33, 42 y 34. Si vemos que la cosa se pone fea siempre podemos coger uno de los caminos que lleva al pueblo y listos. Me voy animando por momentos. Llegamos a la carretera y cogemos hacia el norte sin perder un segundo, hasta un desvío en el que sale un senderillo medio escondido desde el que ya se ve la 33. Fichamos y media vuelta. Quedan 21 minutos.
Deshacemos 100 metros de carretera y a la izquierda para meternos por unos campos. La orientación en este terreno abierto es fácil, hay un par de casetas que ayudan y un campo de frutales que nos deja al lado del pozo en el que está la baliza 42. 14 minutos, la cosa está dudosa, pero la verdad es que yo me siento "on fire" y tengo ganas de intentar la 34. Acordamos que si a falta de 8 minutos no la hemos encontrado nos vamos directos al pueblo, ya que algo antes de la baliza hay una escapatoria fácil hacia La Llacuna. Al contrario que hace apenas media hora, se me han despertado los sentidos (o quizá el mapa es más fácil aquí) y atravesamos los campos directos hacia un camino que pasa por encima de una pequeña balsa, desvío a izquierda, curva a izquierda, campo... Tiene que estar justo aquí encima... Hay una serie de muros de piedra y encima una cabaña redonda. Ahí tiene que ser. Efectivamente, justo en ese momento llega el equipo de los tres navarros que ganó de calle en Cap de Creus. Nosotros fichamos justo detrás. Quedan 8 minutos y 10 segundos.
Salimos de ahí a piñón y nos lanzamos a todo trapo hacia el pueblo. Jaume va cantando el tiempo. A falta de 5 minutos hecho un vistazo al mapa y hemos recorrido más de la mitad de lo que nos quedaba así que respiro algo más tranquilo. El pueblo está ahí mismo y tiene tres calles, así que malo será que no encontremos la plaza (y siempre nos quedarán los navarros, que vienen por detrás y seguro que lo tienen controlado, jejeje...). Efectivamente entramos en el pueblo a falta de 2 minutos y medio mientras Jaume me pregunta algo estresado si lo tengo claro. Yo respondo que sí, más por mantener la calma que por que sea del todo verdad. Llegamos a un cruce que me suena de esta mañana pero a los pocos metros me doy cuenta de que no vamos bien. Para más inri, yo pensaba que coincidiríamos con más equipos que estarían llegando en este momento pero parece que le personal no apura tanto, así que no hay ni el Tato por aquí. Afortunadamente pasa una familia con un carrito así que utilizo el clásico recurso de "Oiga, la plaza del pueblo?". Eso es, en el desvío anterior era por el otro lado. Pues nada, por ahí nos metemos y después de una curva vemos el arco que da acceso a la plaza, donde está todo el personal ya por ahí sentado y en medio de todos ellos, la meta. Fichamos y foto. Nos han sobrado 48 segundos... hombre, no se puede decir que hayamos llegado sobrados. Jaume lleva algo de cara de susto, creo que el estrés de última hora no le ha convencido, pero yo la verdad es que estaba bastante tranquilo, seguramente demasiado. Hace un par de años llegamos al sprint a falta de 9 segundos con Lluis y Roma. Existen fotos que inmortalizan el momento. A todo esto los navarros llegan a falta de 5 segundos. Buff, eso sí que es apurar...

Ahora toca ir a descargar el Sportident (esa especie de USB que llevas en el dedo en las carreras de orientación donde quedan registradas las balizas) y esperar las clasificaciones, para ver cuánto nos ha penalizado la maldita baliza 77. Bueno, y sacar el tupper para meternos entre pecho y espalda el pedazo de potaje de garbanzos que se han cascado en una paella de 2 metros de diámetro (¿exagero? Debe ser el hambre que tenía...). Ceno (o cómo, o meriendo... después de 3 Snickers y 2 Kit Kats en todo el día no se qué narices es esto) y vamos comentando la jugada con Lluis y Roma, que han disfrutado bastante de la carrera sin un pesado que les lleve a toque de pito como los otros años.

Jaume no ve claros los garbanzos y se va a investigar el tema de las clasificaciones. Parece que hay algo de revuelo, algo ha salido... Jaume se gira y me marca un uno con la mano... ¿Primeros? No jodas! Con el patinazo que hemos metido en la 77... Pues sí, sí, se acerca y me confirma la noticia. Hemos ganado! Y tela con la clasificación! Primeros nosotros con 155 puntos, segundo el equipo de navarros con 154 y terceros unos vascos con 153! Al final han dado juego los 3 puntos de la última baliza!

La verdad es que me hace mucha ilusión ganar esta carrera porque es con la que me estrené en la orientación y la había repetido todos los años. Además tiene cierta reputación dentro del mundillo y suelen venir equipos potentes (de hecho parece ser que los navarros van al campeonato del mundo) y extranjeros (que no sé si serán potentes o no, pero queda guay decirlo...). Así que una muy buena manera de empezar la Lliga Catalana de Rogaine, con confianza para las próximas y sabiendo que podemos pelear por estar ahí delante. Como no pasa a menudo, dejo un enlace sobre nuestra victoria:
Ahí va un análisis de la evolución de la carrera (se puede ver más detalle y comparativa con los otros equipos aquí: http://www.thewildboar.org/resultatstwb2014_parcials.pdf):
1ª hora: 5 balizas; 29 puntos
2ª hora: 4 balizas; 25 puntos
3ª hora: 6 balizas; 37 puntos
4ª hora: 3 balizas; 21 puntos (hay un 8 que entra justo y camufla la debacle de este tramo...)
5ª hora: 5 balizas; 24 puntos
6ª hora: 5 balizas; 20 puntos

Sección de moralejas:
- En todos sitios cuecen habas y todo el mundo tiene problemas, así que a pesar de que haya algún patinazo no hay que desmoralizarse y seguir concentrado hasta el final
- Después de 6 horas la cosa puede ir por los pelos y una miserable baliza de 3 puntos decantar la carrera
- Ubicar siempre la iglesia del pueblo antes de salir, para tener una referencia cuando llegues al final cagando ostias
- Incluir un avituallamiento en el recorrido (he llegado sequico, sequico...)
- No dejarse llevar por el caramelo del campo a través frente a vueltas más largas por camino (esta siempre me la digo y nunca la cumplo...)

En fin...a parte de esto el fin de semana fue muy especial por ser el final de la campaña de recogida de material del Proyecto Le Treg. Pero esa es otra historia que la contaré en otro post (espero este finde), que este ya me ha quedado suficientemente eterno...

Besos y abrazos

P.D: me da un palo tremendo repasar el texto, así supongo que encontraréis bastantes faltas e incoherencias en el texto. Supongo también que es demasiado tarde para decirlo ;-)

miércoles, 15 de enero de 2014

Trail Hivernal des Coursieres

Dos posts en un fin de semana, me van a echar...

Pues como comentaba en el calendario del post anterior, hoy domingo (es cuando escribo, lo subiré cuando la organización cuelgue fotos de la carrera y pueda meter alguna para amenizar un poco el texto y potenciar el número de "finishers" del post...) he disputado la primera carrera de trail desde mi traslado a tierras francesas. La cosa ha ido más o menos así.

El Trail Hivernal des Coursieres es una carrera de 30kms y 1160m de desnivel positivo. Bastante pista, pero muy rota y con piedras, y el ambiente húmedo de la niebla matinal hacía presagiar barro en cantidades respetables. Me planto en al salida a las 9 de la mañana, en un ambiente extraño en el que no conoces a nadie, no sabes quien corre más, quien corre menos, quien va a salir de farol... Escaneo a la gente de la primera fila, zapatillas, riñoneras, mochilas, miradas depredadoras... En el centro hay un tipo en tirantes con un buff de Star Wars que tiene pinta de tirar, a su lado un tipo bajito con unas Saucony minimalistas (le llamaremos Dani, por ser clon de un amigo de igual nombre, Dani Galera, si te pasas por aquí saluda...;-)), varios tíos con camiseta que pone Terre de Running,... En fin que empiece ya esto...

Como en todos lados, el alcalde en lugar de correr da la salida y ahí nos vamos. Para seguir la tradición en Francia la gente sale rápido, tenga la carrera 5kms, 30 o 200. Me coloco más o menos en la posición 15 o 20 y para mi sorpresa veo que en primera posición se ha puesto un tipo con la camiseta de tirantes de España. El hombre va fortísimo así que el resto nos quedamos a unos 20-30 metros. Llega la primera subida y el aventurero solitario empieza a desvanecerse hasta que, después de 500 metros de pasear la bandera, lo adelanto mientras da unos resoplidos considerables.

El terreno tiende a bajar durante los 2-3 primeros kilómetros y se forma un grupo de unos 7 u 8 corredores que van tirando bastante fuerte y estos sí que en serio. Yo me quedo en novena o décima posición intentando coger un ritmo coherente con mis fuerzas y con la distancia a recorrer. Llegamos a la primera subida por un senderillo. El terreno está blando, hay bastantes hojas pero se trota bien ahora que aún hay fuerzas. Me pasa un "verdinegro" de Terre de Running y paso a Star Wars y a otro. Por delante el grupo se dispersa un poco pero parece que no hay nadie que vaya exageradamente más rápido que los demás. El recorrido va alternando tramos de pista con zonas de sendero o directamente prados embarrados y a veces caen unos metros de asfalto para recuperar un poco la cadencia. Poco a poco me acerco al corredor de delante y menos poco a poco se me acercan dos tíos por detrás. Después de otro repecho llegamos a un avituallamiento en el kilómetro 8 en el que pillo al vuelo un vaso de agua, de la cual el 95% acaba en el suelo o en la camiseta.

100 metros más allá del avituallamiento la carrera se bifurca entre el recorrido de 15km y el de 30km. La verdad es que yo pensaba que todos los que estabamos por ahí delante estábamos haciendo la de 30, pero me encuentro con que 2 o 3 tíos han tirado por el recorrido corto y me dicen que voy cuarto. Pues mira qué bien, pequeña inyección de moral. Dura poco tiempo porque los dos que venían por detrás me pasan al poco de empezar la tercera subida (la que se ve más cañera en el perfil). Son "Dani" y un corredor de gafitas redondas (llamémosle "el de gafas"). Llevan un punto más que yo, la subida es dura y estamos en el primer tercio de carrera, así que no me cebo mientras voy subiendo por un sendero la mar de majo en medio del bosque. Como contrapartida el corredor que llevo delante desde hace rato se va acercando definitivamente y veo como en el último repecho de esta subida se pone a caminar. Creo que a este lo tengo. Una vez adelantado me quedo en quinta posición y me lanzo por la bajada más larga de la carrera.

El primer tramo se corre bien, pero más abajo empiezan a aparecer tramos de piedras por donde vas haciendo equilibrios y cruzando los dedos para no resbalar ni partirte un tobillo. Con esta bajada y un pequeño repecho pasamos el ecuador de la carrera. Ahora viene lo que al mirar el recorrido antes de venir me parecía el punto clave. Una subida de unos 300 metros de desnivel, con la carrera suficientemente avanzada como para ir tocado y suficientemente lejos de la meta para tener que guardar algo. Me tomo el primer gel de los dos que llevo en el pantalón y me lanzo a las primeras rampas mientras veo a Dani y el de gafas a unos 30 segundos por delante mío. Ahí está el podium, vamos a ver si las piernas responden...

El primer contacto con la subida resulta decepcionante. La falta de fuerzas que me ha impedido coger el tren de mis dos predecesores, se mantiene en este punto, y troto por un sendero cada vez más empinado hasta que llega un punto en el que llega esa pregunta de si no iría más rápido caminando. En un par de rampas opto por esta segunda opción, pero mi condición a cambiado de "perseguidor" a "perseguido". Efectivamente, antes de llegar a la mitad de la subida me pasa un tío (llamémosle Van Persie, jugador de Manchester United... no sé para que saco tantos parecidos si total no puedo contrastarlos...) que lleva un trote bastante más consistente que el mío. Ya en sexta posición vuelvo a intentar no cebarme y coger mi ritmo y, ayudado por un par de descansillos y la disminución general de la pendiente, parece que recupero algo de color.

En un tramo recto de asfalto mantengo contacto visual con Van Persie, que va unos 60-80 metros delante de mí, cuando de repente veo las cintas en un sendero que sale a la izquierda. Miro por la carretera pero ha desaparecido detrás de una curva. Cojo el camino y realmente no lo veo más arriba. Intento gritarle pero mi chorro de voz no es demasiado poderoso y entre la niebla tampoco veo si realmente está en la carretera o ha recuperado el camino correcto. En fin, sigo adelante, al fin y al cabo estar al loro del marcaje es parte de las carreras de trail. La subida acaba y me encuentro dos de la organización que me dicen que voy quinto, así que efectivamente el tío se ha colado y así se lo aviso.

Con esta inesperada y algo injusta ganancia de una posición, recupero algo de moral para un siguiente repecho y afronto una larga bajada por pistas cómodas, ya más allá del kilómetro 20, que lleva hasta el avituallamiento del kilómetro 24,. Me encuentro bastante bien, pero cuando pregunto cómo van los de delante me dicen que a 5 minutos, lo cual es demasiado para los ritmos a los que vamos, así que me centro en mantener una velocidad de crucero que me de garantías de aguantar la posición. Poco antes del avituallamiento me tomo el segundo gel, con la idea de beber algo de agua que me ayude a pasarlo, pero justo entonces veo un nuevo corredor que llega por detrás y con el estrés y animado por la música del avituallamiento decido pasar de largo y acabar con la penúltima subida lo antes posible.

El final de este repecho es una recta por junto a un campo en el que se ha despejado la niebla y se ve bien lo que hay por delante. Veo a un corredor a unos 150 metros. No me suena de haberlo visto, pero no va a un ritmo como para ser de los últimos de la carrera de 15kms (ahora el recorrido vuelve a coincidir). ¿Será el cuarto? Medio motivado por la posibilidad de ganar una posición, medio preocupado por perder una o dos con los que vienen por detrás, me sumerjo en el "tiptiptiptip..." del trote por la pista. Afortundamente parece que el de detrás deja de recortarme, pero he perdido de vista al supuesto cuarto. Nueva bajada hasta cruzar una carreterilla, en la que ahora soy yo el que estoy a punto de comerme un desvío. Un par de miradas de reojo me sirven para ver con cierto alivio que me he distanciado de mi perseguidor y que la quinta plaza está bastante al alcance.

Para compensar el hecho de no conocer el terreno (cosa que cada vez pienso que es más importante), me he empollado el mapa del recorrido, sobre todo en esta parte final y se que me queda una subida no demasiado pronunciada que va girando a la derecha y un descenso de unos 2kms hasta el pueblo y la meta. Fijo ya mi objetivo en el misterioso tío de delante. Le he recuperado algo, está a unos 100 metros. Es un tío pelao, cinta en la cabeza, camiseta negra, pequeña mochila... realmente no me suena. ¿Será uno de los que iba delante de todo al principio? ¿Me voy a pegar un calentón para pasar a un tío de la carrera de 15kms o que simplemente está entrenando por ahí? Con estos debates interiores se acaba la subida mientras la distancia se ha reducido a unos 60 metros.

La bajada es un bonito "regalo" final en el que casi no hay camino y metes el pie en el barro hasta el tobillo así que paso a preocuparme más por mi estabilidad. El terreno mejora y veo al tío más cerca. A tomar por saco, queda un kilómetro, vamos a por él, aunque sea sólo por una cuestión de acabar con dignidad. Me lanzo a destajo por la bajada y le doy alcance en un pequeño repecho de asfalto. Miro de reojo y almenos lleva dorsal, aunque no alcanzo a ver el número. Da igual, tiro adelante y afortunadamente el hombre no opone resistencia. Curva a izquierda , otra a derecha y la carrera acaba en una curiosa meta consistente en la puerta trasera del pabellón. El crono, del que no me habia preocupado demasiado, marca 2h20 (2h21 peladas al final), oigo al speaker que dice mi nombre y el tipo de la llegada que me dice "Felicitations! Quatrième!". Pues mira que bien, el tío era de verdad y me he llevado la medalla de chocolate!


Recupero fuerzas y sobre todo líquido en el copioso avituallamiento de la llegada. Después de una ducha a temperatura más bien hivernal en coherencia con el título de la carrera, voy a la entrega de premios para descubrir que el podium está fomado por Dani, el de gafas y el verdinegro de Terre de Running que me había pasado en el primer repecho (por este orden). Me han sacado entre 4 y 6 minutos, que es bastante dentro de los tiempos en los que nos hemos movido. Balance positivo de la carrera, aunque en esa fase intermedia me haya faltado fuerza y determinación (no sé en qué proporciones) para coger el tren bueno de la carrera.


Sección "a toro pasado todos somos Manolete":
- Una carrera de 30kms, en la que acabas pasando de largo en los avituallamientos, es demasiado para hacerla sin líquido. Un cinturón con un bidón, aunque fuese pequeño, hubiese sido lo suyo.
- Mi relación de amor-odio con las Sportiva C-Lite vuelve a estar en una pequeña crisis (después del éxito con ellas en la Monte Perdido Extrem, todo sea dicho). Para una carrera rápida como la de hoy, demasiada bota. Además, amago de ampolla en el puente del pie e inicio de rozadura en la zona del tendón de Aquiles. Las Scott Kinabalu nuevas hubiesen sido mejor opción seguramente pero no las tenía aquí.

Como anécdota, mientras salgo del pabellón para ir hacia el coche me encuentro al aventurero solitario de la camiseta de España, ahora con un chándal del Madrid y un gorro de la Real Sociedad. Curioso cóctel...

Besos y abrazos




sábado, 11 de enero de 2014

Calendario 2014

Buenas!

Para ser serio debería haber hecho esto en diciembre antes de empezar a entrenar y también podría haber hecho un balance de la temporada de 2013, que lo he visto en otros blogs y facebooks y queda la mar de bien... pero como se me pasó y este blog funciona por impulsos personales incoherentes y momentos de inspiracion inesperada, voy a escribir ahora mi planteamiento de esta temporada que hace poco que he empezado. Por si a alguien le sirve de referencia, por si alguien me quiere dar su opinión y/o consejo y, al fin y al cabo, porque el Scattegories es mío y si no, me lo llevo... ;-)

A diferencia de otros años, en los que había destinado un par o tres de meses a las carreras de asfalto en vistas a algún maratón, este año todo va a estar enfocado al trail (aunque en algún momento pueda caer algun 10K o hasta una media...). Los tres pilares básicos del año son Le Treg (proyecto del que ya os he hablado largo y tendido y sobre el que vuelvo a dar las gracias por los apoyos, ánimos y ayuda prestados), la Ronda dels Cims (carrera de Andorra que ya hice el año pasado y que ha sido probablemente mi mejor actuación) y el Tor des Geants.

De hecho, deportivamente hablando los objetivos principales serían los dos últimos, ya que Le Treg representa más que nada una aventura personal y cultural, aunque los 170 kilómetros requieran de una preparación adecuada para poder afrontarlos con garantías. Por tanto, la preparación que me he planteado busca principalmente estar en el mejor momento hacia el mes de julio, fecha de la Ronda dels Cims, y aguantar el fondo hasta inicios de septiembre que es cuando correría el Tor. Y digo correría porque la participación en el Tor desgraciadamente depende de un sorteo. De la suerte dependerá que en este 2014 pueda afrontar esta carrera que representa la segunda etapa del proyecto "7 Ultras - 7 Continentes". En caso que la moneda salga cruz, el plan B sería L'Echappée Belle, una carrera por el precioso macizo de Belledonne, próximo a Grenoble, y dejaríamos el Tor para 2015, pero por el momento seremos optimistas.

Con esa columna vertebral, la preparación a nivel de entrenos y carreras previas la estructuro un ciclos de 4 semanas (casi todos), que acaban con una competición, ya sea de las principales o de las secundarias. Las tres primeras semanas son de entreno más fuerte y la última bajando un poco de cara a afrontar la competición de turno. Dentro de cada semana intento entrenar 6 días, que de manera general serían:
- 2 o 3 rodajes por ciudad en los que intento meter subidas aunque sean de asfalto (aquí en Lyon exploto bastante un parque muy agradable que hay y algunos barrios que tienen unas cuestas de aúpa)
- 1 día de series (variable según el objetivo del ciclo, pero con la idea de mantener algo de chispa rápida)
- 1 día de fuerza, importante para proteger rodillas, fortalecer tobillos, etc
- 1 o 2 días de trail, lo ideal sería más, pero viviendo en la ciudad es lo que hay...
Tengo un Excel con los entrenos algo más detallados, pero no os voy a dar el coñazo. Si alguien quiere "frikear" un poco que me lo diga y comentamos la jugada.

Las carreras que culminan los diferentes ciclos, escogidas porque por sí solas me parecían suficientemente motivantes y porque eran coherentes con el enfoque hacia Ronda y Tor, son las siguientes:

- 12 de enero: Trail Hivernal des Coursières (30km, 1160mD+): o sea, mañana... Una carrera cerca de Lyon, que a priori parece bastante corredera y no muy técnica

- 12-13 de febrero: Le Treg (177km, 1600mD+): ya he hablado bastante de esta carrera en el desierto del norte del Chad. Uno de los tres objetivos principales de la temporada, aunque sea más a nivel de experiencia personal que deportiva.


- 16 de marzo: Trail du Ventoux (46km, 2850mD+): forma parte de las Skyrunning Series francesas, con lo cual el nivel está asegurado. Aparte de que siempre es motivante correr carreras importantes, la idea es coger algo de base a ritmo más alto de cara a después ir subiendo de distancia hacia el verano.

- 13 de abril: Lyon Urban Trail (36km, 1650mD+): una carrera curiosa que se corre totalmente por dentro de la ciudad de Lyon. Me llamaba la atención y aunque sea una historia bastante diferente a las carreras montañeras del verano, me hace gracia correrla. Por otro lado, 1600 metros de desnivel positivo a base de escaleras y callejones no son moco de pavo...
- 10-11 de mayo: Les Aventuriers du Bout de Drôme (105km, 6600mD+). Con esta carrera entramos en la larga distancia, enfocado ya totalmente en la Ronda. Esta prueba se corre en la región de Drôme, al sur de Lyon, y forma parte del Challenge Charles&Alice, que supone correr esta prueba el sábado y el Maratrail (42km, 1050mD+) el domingo. En principio la idea sería hacer sólo la del sábado pero quien sabe...
- 7 de junio: Bastions (90km, 6000mD+): después del intento frustrado por el tiempo del año pasado, la idea es repetir este año. Una carrera de alta montaña, terreno técnico, distancia y desnivel, último esfuerzo antes de la Ronda.
- 10-12 julio: Ronda dels Cims (170km, 13000mD+): probablemente si tuviera que escoger una carrera de la temporada sería esta. La del año pasado fue seguramente mi mejor carrera y vuelvo con ganas de repetir y a ser posible mejorar la actuación.


- 8-15 de septiembre: Tor des Geants (330km, 24000mD+): toda una aventura y segunda etapa del Proyecto 7 Ultras 7 Continentes. Casi me da reparo pensar demasiado por el hecho de tener que pasar aún por el sorteo. En cualquier caso, de poderla correr sería un objetivo deportivo al nivel de la Ronda


El tiempo entre Ronda y Tor lo dejaría para posibles retos no competitivos que tengo por ahí pendientes, con vistas a mantener el fondo.

Por otro lado, en cuanto a carreras de orientación me gustaría seguir la Liga Catalana de Rogaine, que supone correr cuatro de las seis pruebas que hay a lo largo del año. La idea es integrarlo dentro del entreno general. Para ello haremos equipo con Jaume (Folguera), con quien ya corrí el último rogaine de la temporada pasada, y Joan Farré. La primera de las carreras es dentro de dos semanas, aprovechando el viaje para acabar de gestionar el transporte de material de la campaña de recogida del Proyecto Le Treg.

Espero que las lesiones me respeten, que las fuerzas me acompañen, seguir progresando dentro de este mundillo y sobre todo poder disfrutar de este deporte. Aquí lo iremos contando.

Besos y abrazos













viernes, 3 de enero de 2014

Sant Silvestre Night Trail Mataró

Feliz Navidad y feliz 2014, antes de nada, que si lo dejo para el final corro el riesgo de que muchos no lleguéis a recibir los buenos augurios para el año próximo…

Para ser justo y no explicar sólo las buenas voy a hacer un pequeño preludio sobre este tiempo desde la última carrera, el Rogaine de Cap de Creus, con el que cerré la temporada de 2013. Prometí estar un mes sin correr, para reposar un poco las piernas y desconectar algo la cabeza… debo admitir que no lo cumplí. A las dos semanas me apunté a una carrera de orientación que hacían cerca de Lyon, la Rhône Orientation. Resultó que las dos semanas de antes estuvo nevando de lo lindo por la zona así que a pesar de estar el terreno entre 500 y 800 metros, había como medio metro de nieve por todo el recorrido. Al principio la cosa era curiosa pero después se convirtió en un coñazo considerable. Mis zapatillas tenían tacos más bien reducidos así que correr se convirtió más bien en patinaje y en tirar de riñones para intentar traccionar algo. Así que fueron 4 horas con los pies en remojo, total para un reto deportivo bastante poco motivante, ya que con toda esa nieve no hace falta ser Légolas para seguir la huella de tus predecesores y encontrar las balizas.

Más allá de esa carrera y un par de partidillos de básquet, la actividad física se redujo a los trayectos en bici para moverme por Lyon así que, a pesar de ese desliz, doy por bueno el mes de vacaciones deportivas. Empecé de nuevo el día 12 de diciembre, en plan bastante progresivo, pero en vistas a ir acumulando kilómetros para la carrera de Le Treg, acepté la invitación de Jaume (mi compañero de Rogaine) para ir a hacer un entreno de 60kms por l’Ametlla del Vallès y alrededores. Una buena manera de ganarse la cena de Nochebuena el día 24. En cuanto vi que éramos sólo nosotros dos ya me imaginé que el “ritmo trotón” prometido se convertiría para mí en una carrera a muerte. Efectivamente, probé una buena dosis del “Tío del Mazo” y es que para mí, 60 kilómetros en menos de 7 horas por terreno mayoritariamente de sendero es un ritmo verdaderamente rápido en un momento álgido de la temporada y un suicidio cuando llevo 10 días de entreno. De todas formas, dejando aparte la pájara, una salida muy chula y un entreno que seguro que agradeceré cuando toquen las grandes kilometradas.

Siguiendo la tradición de los últimos años me apunté el día 26 a la Cursa de l’Indiot, en Mollerussa, una buena manera de quemar los excesos gastronómicos de estos días. Aún con el calentón de los 60kms en las piernas y sin calentar demasiado, intenté convencerme de salir relativamente de paseo o como mucho a hacer un rodaje rápido, pero rodaje al fin y al cabo. Lo cumplí los primeros 500 metros, pero el dorsal empuja, así que al poco rato estaba ya mirando hacia delante. Es una carrera de 8kms, y el ritmo para mí es realmente asfixiante, más aún sin haber hecho ni una miserable serie. Aun así, el hecho de haber salido más lento e ir de menos a más fue una sensación reconfortante y me encontré relativamente bien. Me pasé casi toda la carrera recuperando terreno a un grupillo de unos 7 u 8 corredores donde estaba Willy, un Ironman que de vez en cuando se pasea por el blog (estás ahí?...). Los pillé cuando faltaban dos kilómetros para meta, cuando enfilábamos una recta con el viento en contra, así que me hice un poco el remolón a rueda. Al final la gente se hartó y se desataron las hostilidades y nos acabamos cascando el último kilómetro a 3’15’’, es decir bastante más rápido que la media de la carrera que estuvo sobre 3’35’’. Yo estuve un poco cobarde porque me pasaron dos tíos cuando iba bastante bien. Al final 12ª posición y 28’50’’, contento para tal como venía, pero lástima porque no sabía que estábamos tan adelante y hubiese hecho gracia hacer de los 10 primeros. En fin…

Y así llegamos al día 31. Me intenté apuntar a la Cursa dels Nassos en Barcelona, de 10kms, para darle otra oportunidad a los ritmos rápidos, pero las inscripciones estaban ya cerradas así que busqué alternativas y me apunté a una carrera nocturna de trail que se celebró el 31 a las 18h en la parte alta de Mataró. Me alegro de que las cosas fueran así y acabar corriendo esta carrera, más familiar y divertida que la primera opción. Así fue la cosa:

Al salir a las 18h la carrera fue íntegramente de noche y por tanto a la luz de los frontales. No he hecho demasiadas de este tipo, pero realmente lo recomiendo. La sensación de velocidad es mucho mayor y es super entretenido. Eso sí, hay que estar al loro porque cualquier despiste puede acabar con tus dientes encastados en alguna raíz o el tobillo mirando a Cuenca.


En la salida somos unos 225 corredores y a los 30 metros hay una “chicane” digna de Montecarlo, sí que en cuanto se da la salida hago un pequeño sprint para pasar el primero por ese punto y nos lanzamos por unos primeros 300 metros de buena bajada por una pista estrecha. Llegamos a un cruce y el recorrido toma un sendero ascendente, en lo que es la primera de las 3 subidas que, a grandes rasgos, tiene la carrera. Al arrancar la subida me pasan 3 tíos, uno de amarillo y dos de azul, y viene por detrás un tipo de verde dando unos resoplidos considerables que escucho cada vez más cerca. Parece que entre los cinco va a estar la cosa.


La subida es dura y me coge en ese tramo de las carreras en el que me cuesta coger el ritmo, así que hago un poco la goma con los de delante. Afortunadamente para mí uno de los de azul va menos fino que yo y le adelanto, aunque a cambio viene el de verde como una moto y me sigo quedando en cuarta posición. La subida se trota pero hay momentos en que tengo los gemelos asfixiados (aprovecho para comentar por si a alguien le sirve, que ir al fisio el día antes de una carrera no es la mejor decisión, aunque es este caso yo no tenía muchas más opciones…). Por fin se acaba, en un avituallamiento que los cinco que vamos en cabeza ignoramos. Nos lanzamos en una bajada en la que “el segundo de azul” me pasa bajando como un poseso, aunque en el repecho siguiente le vuelvo a adelantar y me quedo a pocos metros del “verde” y con el “amarillo” y “el primero de azul” a unos 15-20 segundos.

La bajada me devuelve el aliento y empiezo a encontrarme bien por los toboganes por los que discurre el recorrido. Además la carrera está muy bien marcada y no cuesta demasiado seguir el recorrido a pesar de ser de noche y de ir a un ritmo que por momentos debe andar sobre 3’20’’ – 3’30’’ el km. En una de estas veo que el “verde” se salta una curva en un tramo de revueltas. Me mosqueo y le grito, pero sigo por el camino que toca y me resigno a perder esos 10 segundillos que pueden haber significado el atajo. Intento no dejarme llevar por el lado oscuro y no cebarme y llego a una pista amplia donde busco un ritmo de crucero decente pero cómodo. Con todo esto me he quedado algo alejado de los de delante y el de atrás, en posición de medalla de chocolate. Bueno, aún no hemos llegado a la mitad de la carrera, no hay que desesperarse.

En el siguiente repecho importante, la segunda de las subidas, aprovecho el ir sólo para buscar mi propia marcha y coger fuerzas para la última parte de la carrera. Mis sensaciones van mejorando, llego al kilómetro 6 (de 11 que tiene la carrera, no sé si lo había dicho…) y veo que delante se han juntado el “azul” y el “verde”. Viene ahora un tramo de un kilómetro largo de bajada cómoda por pista y noto que me voy acercando. Cruzamos la autopista por un túnel y los tengo ya a escasos 15 metros, e incluso el “amarillo” que anda en cabeza no está a más de 80 metros. En plena dinámica positiva empieza la última subida y ya voy a rueda de los dos corredores que me preceden, intentando coger algo de aliento.

Todo parece ir bien pero en un momento dado veo que en el sendero no hay marcas, lo cual me extraña porque llevamos toda la carrera con marcas cada 10 metros (en serio, genial el marcaje). Al ir mirando el suelo nos hemos colado y las marcas están 10 metros más arriba. Les grito para avisarles y cruzamos campo a través para recuperar el camino. Esta gilipollez me rompe totalmente el ritmo. Noto que esos metros a toda pendiente me dejan asfixiado y pierdo 5-10 metros con los otros dos, distancia que se va ampliando en lo que queda de subida. Vaya… con lo que me había costado pillarlos y mira que estaba convencido de que los pasaba…

Afortunadamente para mis revoluciones llega al bajada, pero es un tramo técnico entre plantas en el que, en plena asfixia, no acabo de coger un ritmo especialmente ágil. El terreno se abre de nuevo y me meto por un sendero fácil y descendente, perfecto para recuperar ritmo y respiración. Por delante veo que el “azul” se ha destacado del “verde” y que a éste aún le puedo pillar. Efectivamente le voy recortando poco a poco y llego al túnel a unos 30 metros del verde y unos 80 del “azul”.

Queda un kilómetro y medio, que vuelve a ser en subida casi constante hasta la meta. Con la dinámica positiva de venir de atrás, acabo pillando al de verde. Le paso para intentar aprovechar el golpe moral pero mis piernas tampoco dan para mucho y él se da cuenta y me vuelve a pasar. En una de estas le grita al de delante “Roger, tira! Que me han cazao!...”. Me siento en territorio comanche, pero mientras pierda aliento pegando gritos, puntos para mí. El terreno es duro, una rampa con bastantes tramos entre el 10 y el 15% que a esas alturas duelen. Andamos en un tira y afloja en el que ahora te paso y te saco 5 metros, ahora me pasas y me los sacas tú… Sumidos en esa lucha de repente el compi me pregunta que cómo me llamo… La verdad es que si nos tenemos que explicar la vida casi mejor esperar 3 minutos pero por no pecar de falta de caballerosidad le respondo con un gemido no demasiado inteligible. Afortunadamente la conversación se acaba ahí. Entramos en el tramo por el que ha empezado la carrera e intento hacer memoria para ver cuánto queda. No puede ser mucho, así que en un pequeño descansillo pego un pequeño acelerón y gano 10 metros. Creo que esta vez son buenos. Intento no girarme para no dar síntomas de flaqueza pero escucho la respiración cada vez más lejos. Por delante el “azul” está a unos 30-40 metros pero me falta determinación, ambición y sobre todo fuerzas para ir a por él. Me conformo con el tercer puesto y entro en meta a un ritmo trotón no demasiado heroico. Han sido 51 minutos, un ritmo de 4’15’’/km en los 11kms y pico de carrera, contento por haberlo disfrutado, por haber luchado la tercera plaza y por haberme encontrado razonablemente bien. El primero y el segundo me han sacado 50 y 20 segundos (aprox.) respectivamente.

Ya recuperados del esfuerzo de la carrera comentamos la jugada con los compañeros de fatigas. La cosa ha estado entretenida con los tira y afloja entre todos y cuando acaba la carrera el ambiente es deportivo y agradable. Por mi parte, la verdad es que siempre hace ilusión subir al podio así que me marcho de buen humor, rumbo a los siguientes objetivos del día, bastante menos deportivos.

Me ahorraré la crónica de la noche… Sólo algunas keywords como “cena a reventar”, “vino blanco”, “Singstar”, “Gangam Style”, “bachata”…


Besos y abrazos