sábado, 20 de abril de 2019

Crónicas desde Irlanda

Muy buenas,

Después de una racha de posts de rogaines, aprovechando que esta semana he estado de paseo por Irlanda vamos a hacer una de aire viajero, a la antigua usanza. De skyrunning tiene poco, pero si a alguien le sirve para inspirarse o sacar alguna idea, pues bienvenida sea.
Tras unas semanas bastante ajetreadas decidí buscar una desconexión en Semana Santa. Dejé la elección del destino en manos de los buscadores de vuelos, que tras arrojar unos cuantos precios prohibitivos, mostraron una combinación razonable (130€) para la opción Irlanda, con ida de Barcelona a Cork, y vuelta de Dublín a Girona. El objetivo principal del viaje era la zona sudoeste, esa parte de la costa formada por una serie de penínsulas montañosas donde hay varias rutas de trekking que aparecían en algunos de los múltiples libros y guías que tengo en la estantería de casa. La que mejor pinta tenía era la Kerry Way, en la península de Iveragh, así que por esa opción me decidí. Estas han sido las diferentes partes del viaje:
- Cork: 
Aquí empezó mi viaje después del retraso de rigor en el vuelo de ida por unos amenazadores problemas técnicos. Tercera ciudad de Irlanda, que viene a querer decir de tamaño bastante manejable (125000 habitantes). Parques agradables, zona de ambiente alrededor del río y una curiosa cárcel que uno puede visitar para hacerse una idea de cómo las pasaban hace 150 o 200 años, cuando te metían en la cárcel por robar un par de naranjas. Tras el reconocimiento diurno de la ciudad, el nocturno. Conclusión: la salsa no es el baile oficial del país

- Killarney: 
Puerta de entrada a la península de Iveragh e inicio de la Kerry Way. Aquí me dirigí en tren la mañana del sábado pasado (2º día de viaje). Un pueblo grande y turístico a orillas de un bonito lago. Pegado al pueblo está el Parque Nacional de Killarney, que al fin y al cabo es un parque periurbano y zona de paseo para la gente del pueblo. En un día gris con chirimiri y viento, me di cuenta que aquí se pasea caiga quien caiga, nada de esperar a que salga el solecillo (podrían esperar sentados...). Bastantes opciones de alojamiento para todos los niveles. Para presupuestos modestos, el Neptune Hostel ofrece una buena relación calidad/precio.

- Kerry Way: 
Es una ruta, prácticamente circular, que da la vuelta a la Península de Iveragh, que es la más grande de las que forman la costa sudoeste de Irlanda. En total son unos 200km que están pensados para hacer en 9 etapas, pero hay algunos pequeños recortes que permiten adaptar la ruta y evitar algún kilómetro. En principio mi idea era caminar 3 o 4 días, ya fuese completando la ruta o comiéndome alguna parte.
El primer día de ruta siguió la tónica de mis dos primeros días en el país, es decir, cielo encapotado y lluvia débil durante la primera parte de la etapa. Inicio con caminos fotogénicos, bien marcados y fáciles de seguir, alguna mansión de aire británico a orillas del lago, una bonita cascada, para pasar después a tramos más salvajes de prados pantanosos en los que, quizá por ser tema de actualidad, parece que en cualquier momento vaya a aparecer el ejército Lannister. Para este primer día tenía en la recámara una opción alternativa pasando por la cresta del Carauntohill (pico más alto de Irlanda con 1039m) pero estaba todo tapadísimo así que ni lo dudé. Con más campo de visión debajo de las nubes, pasé un par de collados hasta llegar a orillas del Lough Accose, donde estaba el Bed&Breakfast que había reservado. Un amago de sol entre las nubes parecía sugerir mejor tiempo para el día siguiente... Ni de coña.
Después de una noche de vendaval y un desayuno "Full Irish" en el que no perdoné absolutamente nada, me puse en marcha bajo la lluvia y el viento. Si el primer día la ropa había aguantado bastante bien, esta vez la cosa fue peor y a los 7-8km ya tenía los pies empapados y a los 12-14 también las piernas. La ruta alterna tramos por prados y bosques pintorescos con otros de pista y carreterillas algo más monótonos, aunque agradecidos en días de lluvia como este. Después del pueblo de Glenbeigh hay una zona bonita, la Montane Stage, en la que el camino flanquea por una cornisa sobre el mar de la Bahía de Dingle. En este caso aquello era un auténtico infierno. Lluvia y vendaval que me tiraba al suelo, aguantando como podía la capucha, la mochila, los pantalones... Bastante dantesco. Con este panorama hasta me daba palo parar y solo me limitaba a avanzar. Con la tontería me planté en el kilómetro 30 de etapa son comer ni beber, momento en el que, ya puestos, me propuse ver si podía cubrir toda la etapa en ayunas (cosas de investigador). Tras mucha lluvia, mucho viento, mucho barro y algunos resbalones, acabé llegando al final de la etapa en Mastergeehy, tras 52km en los que paré 3 o 4 veces a mear (debía entrar agua a presión a través de al piel, porque si no...) y dos a mirar el mapa. Conclusión, los desayunos de los Bed&Breakfast son la bomba...
El tercer día el tiempo mejoró claramente y salió el sol. La primera parte de la etapa era bastante bonita, sobre todo la subida al Windy Gap, que daba acceso a las vistas de la Bahía de Kenmare, la parte sur de la península. En la bajada de este collado me apareció una molestia en el tibial de la pierna derecha. La cosa fue a más y durante el trayecto entre los pueblos de Caherdaniel y Sneem (lo que sería la séptima etapa convencional) fui buscando opciones para liquidar el tema, más teniendo en cuenta que el tramo me pareció más aburrido y poco interesante. Al final llegué hasta el pueblo de Tahilla (entre Sneem y Kenmare, 8ª etapa convencional) y decidí hacer autostop hasta Kenmare, desde donde podía coger autobus a Killarney al día siguiente. Después de 15 minutos de ser ignorado, contra todo pronóstico paró un Audi A6 bastante pepino que me llevó a todo trapo por esta pintoresca carretera.

Al día siguiente volví a probar suerte y antes de que pasase el autobús me paró un tipo en un camión que, de forma bastante más pausada, me llevó hasta Killarney incluyendo en el precio de cero euros una agradable conversación.
- Dingle: 
Habiendo llegado a Killarney por la mañana, cogí cosas que había dejado en el hostal y cogí un autobús hasta el pueblo de Dingle, en la península que queda inmediatamente encima de la de Iveragh, la de la Kerry Way. En vistas de una previsible mejora en la meteorología, decidí quedarme dos noches en Dingle y dedicar el jueves a alquilar una bici y dar una vuelta por la península. Una opción muy interesante con tiempo soleado, que te permite moverte a tu antojo por terreno bastante agradable. El único inconveniente fue el viento, que en algunos tramos hacía el avance un poco pesado. En la zona hay bastante yacimientos arqueológicos donde hacerse una idea de cómo vivía la gente por estos lares hace 1000 o 1500 años. Personalmente me quedo con el Oratorio de Galrus, una construcción en forma de casco de barco invertido en la que me pareció curioso el ver cómo iban encajando las piedras. Los demás sitios de interés, creo que es ir gastando 2 eurillos aquí y 3 allá, sin que me pareciese que valía mucho la pensa. A parte de eso, para los freaks de la Guerra de las Galaxias, hay un par de puntos de rodaje por aquí. Después de austeridad para comer me permití una buena cena a base de pescado.

- Dublín:
Ayer viernes lo dediqué a cruzar el país en autobús y llegar hasta la capital. La indefinición del plan de viaje me llevó a buscar alojamiento con sólo dos días de antelación. Resultado: la opción más barata (52 euros la noche) me llevó a un macro-hostal de mochileros con una habitación de 34!! personas. Impresionante, nunca había visto nada igual. Hoy lo he dedicado a pasear por la ciudad y darle un toque cultural al viaje visitando museos varios. Entre ellos la Chester Beatty Library: siempre me ha parecido curioso el tema de los libros viejos; y la Guiness Storehouse: una de aquellas atracciones que has de visitar (o no...) cuando estás en el sitio pero que para mí no valen la pena. 25 euros de entrada para una movida de puro marketing y consumismo sin que te expliquen gran cosa especialmente interesante. Y si es por beber Guiness en el bar sale mucho más barato.
Y eso ha sido todo, mañana de vuelta para casa y a ver si se acaba de recuperar el tibial para poder correr en condiciones el rogaine de la semana que viene.

Besos y abrazos