Pues como comentaba en el calendario del post anterior, hoy domingo (es cuando escribo, lo subiré cuando la organización cuelgue fotos de la carrera y pueda meter alguna para amenizar un poco el texto y potenciar el número de "finishers" del post...) he disputado la primera carrera de trail desde mi traslado a tierras francesas. La cosa ha ido más o menos así.
El Trail Hivernal des Coursieres es una carrera de 30kms y 1160m de desnivel positivo. Bastante pista, pero muy rota y con piedras, y el ambiente húmedo de la niebla matinal hacía presagiar barro en cantidades respetables. Me planto en al salida a las 9 de la mañana, en un ambiente extraño en el que no conoces a nadie, no sabes quien corre más, quien corre menos, quien va a salir de farol... Escaneo a la gente de la primera fila, zapatillas, riñoneras, mochilas, miradas depredadoras... En el centro hay un tipo en tirantes con un buff de Star Wars que tiene pinta de tirar, a su lado un tipo bajito con unas Saucony minimalistas (le llamaremos Dani, por ser clon de un amigo de igual nombre, Dani Galera, si te pasas por aquí saluda...;-)), varios tíos con camiseta que pone Terre de Running,... En fin que empiece ya esto...
Como en todos lados, el alcalde en lugar de correr da la salida y ahí nos vamos. Para seguir la tradición en Francia la gente sale rápido, tenga la carrera 5kms, 30 o 200. Me coloco más o menos en la posición 15 o 20 y para mi sorpresa veo que en primera posición se ha puesto un tipo con la camiseta de tirantes de España. El hombre va fortísimo así que el resto nos quedamos a unos 20-30 metros. Llega la primera subida y el aventurero solitario empieza a desvanecerse hasta que, después de 500 metros de pasear la bandera, lo adelanto mientras da unos resoplidos considerables.
El terreno tiende a bajar durante los 2-3 primeros kilómetros y se forma un grupo de unos 7 u 8 corredores que van tirando bastante fuerte y estos sí que en serio. Yo me quedo en novena o décima posición intentando coger un ritmo coherente con mis fuerzas y con la distancia a recorrer. Llegamos a la primera subida por un senderillo. El terreno está blando, hay bastantes hojas pero se trota bien ahora que aún hay fuerzas. Me pasa un "verdinegro" de Terre de Running y paso a Star Wars y a otro. Por delante el grupo se dispersa un poco pero parece que no hay nadie que vaya exageradamente más rápido que los demás. El recorrido va alternando tramos de pista con zonas de sendero o directamente prados embarrados y a veces caen unos metros de asfalto para recuperar un poco la cadencia. Poco a poco me acerco al corredor de delante y menos poco a poco se me acercan dos tíos por detrás. Después de otro repecho llegamos a un avituallamiento en el kilómetro 8 en el que pillo al vuelo un vaso de agua, de la cual el 95% acaba en el suelo o en la camiseta.
100 metros más allá del avituallamiento la carrera se bifurca entre el recorrido de 15km y el de 30km. La verdad es que yo pensaba que todos los que estabamos por ahí delante estábamos haciendo la de 30, pero me encuentro con que 2 o 3 tíos han tirado por el recorrido corto y me dicen que voy cuarto. Pues mira qué bien, pequeña inyección de moral. Dura poco tiempo porque los dos que venían por detrás me pasan al poco de empezar la tercera subida (la que se ve más cañera en el perfil). Son "Dani" y un corredor de gafitas redondas (llamémosle "el de gafas"). Llevan un punto más que yo, la subida es dura y estamos en el primer tercio de carrera, así que no me cebo mientras voy subiendo por un sendero la mar de majo en medio del bosque. Como contrapartida el corredor que llevo delante desde hace rato se va acercando definitivamente y veo como en el último repecho de esta subida se pone a caminar. Creo que a este lo tengo. Una vez adelantado me quedo en quinta posición y me lanzo por la bajada más larga de la carrera.
El primer tramo se corre bien, pero más abajo empiezan a aparecer tramos de piedras por donde vas haciendo equilibrios y cruzando los dedos para no resbalar ni partirte un tobillo. Con esta bajada y un pequeño repecho pasamos el ecuador de la carrera. Ahora viene lo que al mirar el recorrido antes de venir me parecía el punto clave. Una subida de unos 300 metros de desnivel, con la carrera suficientemente avanzada como para ir tocado y suficientemente lejos de la meta para tener que guardar algo. Me tomo el primer gel de los dos que llevo en el pantalón y me lanzo a las primeras rampas mientras veo a Dani y el de gafas a unos 30 segundos por delante mío. Ahí está el podium, vamos a ver si las piernas responden...
El primer contacto con la subida resulta decepcionante. La falta de fuerzas que me ha impedido coger el tren de mis dos predecesores, se mantiene en este punto, y troto por un sendero cada vez más empinado hasta que llega un punto en el que llega esa pregunta de si no iría más rápido caminando. En un par de rampas opto por esta segunda opción, pero mi condición a cambiado de "perseguidor" a "perseguido". Efectivamente, antes de llegar a la mitad de la subida me pasa un tío (llamémosle Van Persie, jugador de Manchester United... no sé para que saco tantos parecidos si total no puedo contrastarlos...) que lleva un trote bastante más consistente que el mío. Ya en sexta posición vuelvo a intentar no cebarme y coger mi ritmo y, ayudado por un par de descansillos y la disminución general de la pendiente, parece que recupero algo de color.
En un tramo recto de asfalto mantengo contacto visual con Van Persie, que va unos 60-80 metros delante de mí, cuando de repente veo las cintas en un sendero que sale a la izquierda. Miro por la carretera pero ha desaparecido detrás de una curva. Cojo el camino y realmente no lo veo más arriba. Intento gritarle pero mi chorro de voz no es demasiado poderoso y entre la niebla tampoco veo si realmente está en la carretera o ha recuperado el camino correcto. En fin, sigo adelante, al fin y al cabo estar al loro del marcaje es parte de las carreras de trail. La subida acaba y me encuentro dos de la organización que me dicen que voy quinto, así que efectivamente el tío se ha colado y así se lo aviso.
Con esta inesperada y algo injusta ganancia de una posición, recupero algo de moral para un siguiente repecho y afronto una larga bajada por pistas cómodas, ya más allá del kilómetro 20, que lleva hasta el avituallamiento del kilómetro 24,. Me encuentro bastante bien, pero cuando pregunto cómo van los de delante me dicen que a 5 minutos, lo cual es demasiado para los ritmos a los que vamos, así que me centro en mantener una velocidad de crucero que me de garantías de aguantar la posición. Poco antes del avituallamiento me tomo el segundo gel, con la idea de beber algo de agua que me ayude a pasarlo, pero justo entonces veo un nuevo corredor que llega por detrás y con el estrés y animado por la música del avituallamiento decido pasar de largo y acabar con la penúltima subida lo antes posible.
El final de este repecho es una recta por junto a un campo en el que se ha despejado la niebla y se ve bien lo que hay por delante. Veo a un corredor a unos 150 metros. No me suena de haberlo visto, pero no va a un ritmo como para ser de los últimos de la carrera de 15kms (ahora el recorrido vuelve a coincidir). ¿Será el cuarto? Medio motivado por la posibilidad de ganar una posición, medio preocupado por perder una o dos con los que vienen por detrás, me sumerjo en el "tiptiptiptip..." del trote por la pista. Afortundamente parece que el de detrás deja de recortarme, pero he perdido de vista al supuesto cuarto. Nueva bajada hasta cruzar una carreterilla, en la que ahora soy yo el que estoy a punto de comerme un desvío. Un par de miradas de reojo me sirven para ver con cierto alivio que me he distanciado de mi perseguidor y que la quinta plaza está bastante al alcance.
Para compensar el hecho de no conocer el terreno (cosa que cada vez pienso que es más importante), me he empollado el mapa del recorrido, sobre todo en esta parte final y se que me queda una subida no demasiado pronunciada que va girando a la derecha y un descenso de unos 2kms hasta el pueblo y la meta. Fijo ya mi objetivo en el misterioso tío de delante. Le he recuperado algo, está a unos 100 metros. Es un tío pelao, cinta en la cabeza, camiseta negra, pequeña mochila... realmente no me suena. ¿Será uno de los que iba delante de todo al principio? ¿Me voy a pegar un calentón para pasar a un tío de la carrera de 15kms o que simplemente está entrenando por ahí? Con estos debates interiores se acaba la subida mientras la distancia se ha reducido a unos 60 metros.
La bajada es un bonito "regalo" final en el que casi no hay camino y metes el pie en el barro hasta el tobillo así que paso a preocuparme más por mi estabilidad. El terreno mejora y veo al tío más cerca. A tomar por saco, queda un kilómetro, vamos a por él, aunque sea sólo por una cuestión de acabar con dignidad. Me lanzo a destajo por la bajada y le doy alcance en un pequeño repecho de asfalto. Miro de reojo y almenos lleva dorsal, aunque no alcanzo a ver el número. Da igual, tiro adelante y afortunadamente el hombre no opone resistencia. Curva a izquierda , otra a derecha y la carrera acaba en una curiosa meta consistente en la puerta trasera del pabellón. El crono, del que no me habia preocupado demasiado, marca 2h20 (2h21 peladas al final), oigo al speaker que dice mi nombre y el tipo de la llegada que me dice "Felicitations! Quatrième!". Pues mira que bien, el tío era de verdad y me he llevado la medalla de chocolate!
Recupero fuerzas y sobre todo líquido en el copioso avituallamiento de la llegada. Después de una ducha a temperatura más bien hivernal en coherencia con el título de la carrera, voy a la entrega de premios para descubrir que el podium está fomado por Dani, el de gafas y el verdinegro de Terre de Running que me había pasado en el primer repecho (por este orden). Me han sacado entre 4 y 6 minutos, que es bastante dentro de los tiempos en los que nos hemos movido. Balance positivo de la carrera, aunque en esa fase intermedia me haya faltado fuerza y determinación (no sé en qué proporciones) para coger el tren bueno de la carrera.
Sección "a toro pasado todos somos Manolete":
- Una carrera de 30kms, en la que acabas pasando de largo en los avituallamientos, es demasiado para hacerla sin líquido. Un cinturón con un bidón, aunque fuese pequeño, hubiese sido lo suyo.
- Mi relación de amor-odio con las Sportiva C-Lite vuelve a estar en una pequeña crisis (después del éxito con ellas en la Monte Perdido Extrem, todo sea dicho). Para una carrera rápida como la de hoy, demasiada bota. Además, amago de ampolla en el puente del pie e inicio de rozadura en la zona del tendón de Aquiles. Las Scott Kinabalu nuevas hubiesen sido mejor opción seguramente pero no las tenía aquí.
Como anécdota, mientras salgo del pabellón para ir hacia el coche me encuentro al aventurero solitario de la camiseta de España, ahora con un chándal del Madrid y un gorro de la Real Sociedad. Curioso cóctel...
Besos y abrazos
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