viernes, 14 de agosto de 2015

Sierre Zinal


Mientras estaba de vacaciones en el mes de febrero se me pasaron las inscripciones a varias carreras que me hubiese gustado hacer así que buscando planes B al final opté por apuntarme a la Sierre-Zinal, que a pesar de no ser el tipo de recorrido que más me gusta, es un clásico entre las carreras de montaña que no está de más hacer alguna vez. Así que para allá me fui el viernes por la tarde. El sábado se vino mi amigo Javi y a parte de discutir de futbol, política y de cuánto puede pesar un cerdo, hicimos un paseo por la zona alta del valle. A falta de cámara y de asistencia durante la carrera, las fotos que ambientan el texto son de entonces.
Después de toda la noche lloviendo al amanecer hubo una pequeña tregua, que a menos me dejó desayunar, prepararme e ir hacia la salida tranquilo. El punto de partida está a las afueras de Sierre, en un parking adyacente a un polígono, un tanto desalmado, la verdad sea dicha. De todas maneras hoy está lleno de gente. Somos más de mil participantes y a eso hay que añadirle todos los que han salido a las 5 de la mañana para hacer la modalidad "excursionista". Aparcar cerca es una utopía. Caliento yendo y viniendo por una recta asfaltada que hoy está cortada al tráfico. Me empiezo a cruzar la flor y nata del skyrunning, Kilian, Marco di Gasperi, Stevie Kremmer, Megan Kimmel, Elisa Desco... Colombianos, keniatas... madre mía, vaya nivelazo. El hecho de que esta carrera sea bastante rápida y relativamente poco técnica junta gente del asfalto con gente montañera, a juzgar por el rango de zapatillas que lleva el personal... En fin, dejemos de fijarnos en la gente y vayamos a la salida. Me encuentro que está todo lleno, así que haciéndome el sueco me cuelo por un lado junto con otra gente y acabo apareciendo en la parte de atrás del cajón delantero. Creo que salir con unas 100 personas delante cuadra más o menos con el que debería ser mi ritmo así que no me siento demasiado culpable.
Cuenta atrás y allá que nos vamos! En medio de algunos empujones trazamos una curva y subimos una rampa que nos deja en la carretera, un primer kilómetro que no viene mal para estirar un poco al personal sin estrecheces ni estrés. Voy justo detrás de Megan Kimmel y Stevie Kremer, que más que gemelos tiene cuatrillizos. Si pudiese llevar su ritmo estaría la mar de bien. Cogemos un camino a la izquierda que inicialmente sube suave y se trota bastante bien. Al cabo de un poco paso a la noruega de Salomon (Yngvild Kaspersen, entendereis por qué le llamo "la noruega de Salomon"), vieja conocida de la Dolomites Skyrace y llego a una primera rampa en la que la gente se pone a caminar. Echo manos a las rodillas y paso a tres o cuatro corredores. Parece que voy bien... Bufff, no tanto... toca volver a trotar y noto las piernas quemadas, habrá que vigilar con estos alardes... Me estabilizo, junto a Saul Padua, un mito colombiano de las carreras cuyo hijo se codea con el mismísimo Kilian. Se me escapa, he tenido un momento bueno pero era un espejismo, empiezo a tener la sensación de que he salido demasiado rápido. Llevo 20 minutos de carrera, ni tres kilómetros y me veo en dirección hacia una explosión segura. Comité de crisis: tranquilízate baja un puntillo y a coger un ritmo sostenible. En medio de estas cabilaciones llego al primer avituallamiento (km 3,7). No llevo nada de agua encima, así que camino mientras me bebo un vaso y vuelvo a coger el trote. De repente veo a una chica que se pone delante mío... Céline Lafaye, una francesa de buen nivel. Tenemos a Elisa Desco a unos 50 metros y la francesa ha olido presa. Yo parece que he salido del avituallamiento con otro color así que me pongo a rueda y "peti qui peti". Felizmente noto como cada vez me cuesta menos seguirle e incluso en algunos momentos paso delante acercándome a la italiana (aunque hay que decir que lo de facilitar los adelantamientos al que lleva un punto más que tú en estas distancias no se estila demasiado...). Me llego a acercar a 4 o 5 metros de la italiana, que sube con un braceo agónico por el que no darías un duro... Craso error, de repente se acaba la subida (que he encontrado sorprendentemente dura, no decían que esta carrera era muy corredora?) y la italiana saca el turbo y su antigua experiencia en mundiales de cross y dice que "hasta luego, Lucas". No en vano la señorita tiene 1h12 y 2h36 respectivamente en media y maratón.
Intento oxigenar las piernas y ponerlas en modo "Llano". Paso el avituallamiento del km 7,2, otro vaso de agua y me tomo un gel para ver si acabo de reencontrar mis sensaciones. Parece que va mejorando la cosa y recupero alguna posición, con un ritmo indicado por el reloj de entre 4:15 y 4:30 el km. Mientras caminaba y bebía el vaso de agua me han pasado Céline Lafaye y la noruega. A Céline la alcanzo rápido pero con la noruega no hay manera. Le recorto en los repechos pero en el llano la tía tiene muy buen ritmo. Pues nada, haz tu carrera. Así va pasando el rato, con tramos llanos intercalados por pequeños repechos, que son corribles pero que te van dejando tocado. A todo esto la lluvia va haciendo acto de presencia a ratos y me ha dejado bastante empapado pero afortunadamente no hace mucho frío. El terreno no es muy técnico, se trata de un senderillo de tierra que va flanqueando la ladera de la montaña, en esta vertiente este del valle que va de Sierre a Zinal. Paso el avituallamiento del km15 y después de bordear un valle y subir otro repecho bastante duro alcanzo el Hotel Weisshorn, a 2300m, en el km19. Me tomo el segundo gel y me dispongo a cubrir los últimos repechos antes del descenso definitivo. No sé cómo voy de posición, pero por el tiempo que llevo voy en dirección a hacer 3h "y poco". El objetivo inicial era que fuese lo más "poco" posible. Vamos a ver qué tal se da este tramo.
En esta última parte de la subida gano alguna posición más. Yo no voy mal (tampoco pletórico...) y hay gente que va pagando los excesos del principio. Tras otro repecho el paisaje se abre y parece que el camino va a bajar definitivamente. Baja pero es de esas bajadas en las que hay que ir empujando. Me acerco a los corredores de delante, excepto a la noruega que está todo el rato a unos 200-300m por delante. La bajada es rápida pero en un par o tres de puntos toca atravesar un par de tarteras con la piedra mojada en las que has de hacer malabarismos para no acabar en el suelo. Paso a algún corredor que parece que no ha tenido éxito en ese propósito. Cruzo el último avituallamiento (km26) y sigo adelante intentando alargar al máximo la zancada. Hace rato que espero esa bajada fuerte definitiva en la que puedas dejarte caer. Finalmente llega a falta de 2 km para la meta. Bajo detrás de un tipo que va lanzando gemidos agónicos como si fuese K.O. pero su ritmo dice más bien todo lo contrario. Vamos algo mejor que los otros corredores que tenemos alrededor así que ganamos alguna posición más. Yo voy bastant bien de pulsaciones y disfrutando de la bajada... Hasta que tras una curva, bajando una rampa bastante empinada mi pie se encuentra con una inoportuna piedra... Tropiezo hacia delante y caigo, caigo, caigo... (cuanto más empinado más tiempo tienes para caer hacia delante)... hasta que me meto una ostia contra el suelo de las de notable alto. Diría que di alguna vuelta sobre mí mismo porque me quedaron rascadas por sitios del cuerpo diametralmente opuestos y la camiseta se puso perdida de arriba a abajo. Me levanto como puedo, pero con el tropezón se me ha subido el gemelo, que llevaba un rato dando avisos. Cuatro personas están algo más arriba mirándome como si acabase de aterrizar procedente de Marte, pero nadie se decide a echarme una mano. "Tranquilos, no hace falta que movais un dedo...". Apoyo el pie en un borde para controlar la rampa. Chequeo rápido, la llave del coche sigue en el bolsillo... Las gafas y la gorra, ok... El reloj! La correa del Garmin 310 se ha salido nuevamente. Lo cojo y me lo llevo en la mano mientras vuelvo a arrancar. Tanteo y voy remontando el ritmo hasta entrar en el último kilómetro. El gemelo no ha acabado de recuperarse así que no me da para alcanzar a un corredor que ha pasado mientras estaba en el suelo. Pues nada, aqui me quedo, disfrutando del pasillo de gente que se ha agolpado en Zinal. Tras una bajadita de tierra entro en meta, finalmente en 3h12, en la posición 69 (el 63 de los chicos, el 53 de mi categoría... en fin, el 69).
Balance: el tipo de recorrido no es el que más me gusta, pero a mi me va lo de ir cambiando de tipo de carrera así que contento de haberme enfrentado con una carrera más rápida. Con el resultado estoy bastante satisfecho. Quizá algo menos que en la Dolomites Skyrace, pero bien, contento. Tema zapatillas, llevé las New Balance 110 v2. Bastante minimalistas (drop 4 y poquilla suela). En los tramos corredores y las bajadas cómodas son muy dinámicas. En los tramos de rocas la verdad es que te las comes enteras. Hubo un rato que tenía bastante molestia en el metatarso. Pero bueno, contento con ellas. Para carreras cortas y rápidas son una buena elección.

Nada más! Próxima parada, el rogaine del campeonato del mundo en Finlandia. A ver qué tal se nos da la cosa. Allí serán 24 horas así que toca reactivar el modo ultra. Seguiremos contando batallitas. Si os aburrís ya sabéis dónde encontrarlas.

Besos y abrazos
 

jueves, 6 de agosto de 2015

Trail Val d'Allos

Aquí va una cortita y al pie,

El domingo pasado fui a correr un carrera en la zona de Val d'Allos, hacia el sur, un lugar que se hizo tristemente famoso por que fue donde se estrelló el avión de German Wings esta primavera. La idea era conocer otro rincón bonito de los infinitos que hay en los Alpes. La carrera en sí, 37 kilómetros con unos 2200m de desnivel positivo. Por el mapa y los tiempos de años anteriores, parecía un recorrido relativamente rápido, con una subida progresiva al principio, un tramo rompepiernas sobre los 2300-2500m, una bajada rápida y un último repecho de los que duelen si vas mal, antes del descenso definitivo a Allos. Un bonito recorrido en una carrera apadrinada por Guillaume Le Normand, un tipo muy simpático con quien ya coincidí en el Trail de Mirmande a principio de temporada y que fue el ganador de la edición de este año de Le Treg, la carrera que hice el año pasado en el Chad.
Para allá me fui el sábado, y después de 4 horas y pico de coche (y eso que parecía que estaba cerca...) planté la tienda en una fuentecilla a la entrada del pueblo. El domingo a las 6 de la mañana a recoger el dorsal y entre unas cosas y otras ya para la salida, a las 8.
Como de costumbre cuando corro en Francia no conozco a nadie, pero el speaker va diciendo nombres de algunos favoritos, que si del equipo Hoka, que si del equipo Garmin... Vamos que esto no es una pachanga. Tres, dos, uno... y nos vamos, cruzando un parking y saliendo del pueblo por una pista en subida. Se forma un grupeto de tres en cabeza, con dos tipos vestidos de Salomon y uno de Hoka de arriba a abajo, y detrás voy yo con otros dos, uno de rojo y otro de naranja con un tatuaje tribal en el gemelo que me va sacando la lengua (el tatuaje, el tipo va a lo suyo...). Diez minutos me bastan para darme cuenta de que los tres de delante llevan más cuerda que yo (o van de farol) y que mi ritmo es más o menos el del corredor de naranja fosforito, así que me quedo en sexta posición intentando buscar mi aliento. Al cabo de un poco llega un corredor pelirrojo y con bigote, que si le pones un casco con alas sería la viva imagen de Asterix. Por su camiseta debe ser el de Garmin que comentaba el speaker. Nos pasa y lleva otro puntito más así que a lo largo de la subida se nos va separando poco a poco. Nada, yo a lo mío, más o menos al ritmo del de naranja, unos ratos delante y otros detrás. Llegando a lo alto del primer collado pone el intermitente y me pasa, yéndose unos metros. Parece que las fuerzas caen un poco... Toca llevarse algo de energía al cuerpo, así que me tomo un gel en la primera bajadita hacia el Col d'Allos (hoy que la carrera es relativamente corta tiro a base de 2-3 geles). Avituallamiento, un vaso de Coca Cola para bajar el gel y quitarle el sabor, "rotet" y para delante. Viene ahora un tramo rompepiernas. El de naranja lo llevo a unos 100 metros y otros 100 más adelante está el de Hoka, que puede que se haya pasado de frenada al principio... Veremos. Yo de momento voy superando colinas intentando trotar donde el de naranja camina, por aquello de llevarse pequeñas victorias morales. En todo este tramo por lo alto de la montaña consigo recortar algo, tanto al de naranja como al de Hoka
De repente detrás de un montículo veo delante al de naranja, que sigue subiendo de frente, pero no veo al de Hoka. Dudo... Llego a un punto en que una pista baja a la izquierda, con una marca que no deja claro si hay que bajar o seguir recto. El de naranja ha tirado recto y más arriba hay otro tío pero que igual es un excursionista. Le grito que me parece que es para abajo, el tío se gira y me indica hacia arriba. Yo no estoy seguro así que sigo hacia arriba. Al cabo de un poco él se para y llego a su altura. "Creo que es por abajo" (es lo que me dice mi sentido de la orientación, almenos...). Tras un breve debate decidimos volvernos y bajar por ahí. A todo esto llega otro corredor por detrás que también se va hacia abajo. Pues nada, almenos la dirección es buena, si resulta que hemos cogido un atajo pues ya daremos explicaciones. Nada de atajo, al cabo de 50 metros vemos otra marca así que estamos en el camino bueno. Los de delante ni rastro, ya va a ser complicado alcanzar a nadie. Nos quedamos sexto, séptimo y octavo, aunque al cabo de un poco el recién llegado se vuelve a quedar atrás. El primer tramo de la bajada es por sendero y voy bien, pero más abajo pasa a ser pista y mi compañero alarga el paso y se separa unos metros. Le vuelvo a alcanzar en el avituallamiento de La Foux y salimos juntos hacia la segunda parte de la carrera, una subida que no es muy dura pero de las que marca diferencias según cómo hayas llegado hasta ahí.
En el primer tramo de pista se me va un poco pero al llegar al sendero me vuelvo a acercar y en un momento que duda de por donde va el camino llego a su altura. El calor empieza a apretar y me da que con el botellín y el par de vasos que he bebido no estoy hidratando bien. Al cabo de un poquillo veo que el compañero se queda un poco, e intento trotar en un par de tramos para consolidar la sexta posición, pero en el último repecho antes de llegar al collado resurge de sus cenizas y me alcanza. Pues nada, se ha intentado... Empezamos a bajar y toma él la delantera, forzándome a apretar el ritmo. No debo estar para forzar mucho por que acabo de bruces en el suelo... "ça va?"... "oui, oui, merci..." y seguimos bajando, subiendo un punto de concentración para no repetir aterrizaje. Llegamos al tercer y último avituallamiento, donde me tomo dos vasos de zumo de manzana que me saben a gloria. Él se lo toma con más calma y yo voy tirando, que tengo ganas de llegar. Solo queda bajada, pero es bajada con rellanos, de esas que tienes que ir empujando, así que me vuelve a pillar y en cuanto a salimos a la pista ancha me pasa. La verdad es que estoy en preludio de pajarón (evitado unicamente porque el terreno es favorable) así que se me va yendo sin que yo ofrezca demasiada oposición. Me resigno a la septima posición y voy tirando hacia el fondo del valle, que afortunadamente se acerca rápido. De repente me encuentro a Guillaume tomando fotos y me dice que hay dos corredores cerca... Uno sí, pero el otro?... Alguien que habrá explotado... Efectivamente al cabo de poco veo a uno de los dos corredores que iban vestidos de Salomon que va bajando en modo desconexión. Le paso y aprieto ligeramente, pero el hombre no quiere saber nada de carreras. Mejor, porque yo no estoy para muchas fiestas. Llego al fondo del valle y giro a la derecha para afrontar los últimos dos kilómetros más o menos llanos. Más o menos... me encuentro dos repechos que me sientan como una patada en los riñones, pero después de 10 minutos con un correr bastante cansino vislumbro el parking y la meta. Resultado final: 6º y 3h47' para 37kms, con terreno bastante corredor pero bueno, ahí estaba el desnivel, así que contento con la media (la carrera la ganó Astérix con 3h27'). Después de la carrera creo que entre agua, zumo de manzana (yo fuí el cabrón que se lo acabó...), zumo de uva y coca cola bebí entre 2 y 3 litros de líquido y en cambio no meé hasta la noche, de lo cual deduzco que mi hidratación no fue óptima... Por aquellas cosas de los sistemas de puntuación, acabé subiendo al podio como 3er senior, ya que los tres primeros de la general no contaban para las clasificaciones por categorías. Pues nada, a caballo regalado... 


Besos y abrazos