domingo, 6 de agosto de 2017

Tromso Skyrace


Desde la luz diurna de la medianoche y ahora que las ideas están frescas, vamos a explicar esta nueva aventurilla...
Cada año intento buscar una carrera en un sitio más o menos atípico para tener la excusa de hacer un viajecillo interesante. Este año opté por apuntarme a esta carrera, que además tiene los atractivos de ofrecer un recorrido especialmente técnico y ser prueba de copa del mundo con lo cual el nivel está garantizado. Y por qué no decirlo, el hecho de estar organizada por "el Pastor que nos guía" también le da un toque de curiosidad. Coincidí en el viaje con Roger Viñas, un trayecto algo accidentado después de perder el enlace por estar dos horas parados en el aeropuerto de Barcelona. Durante la espera en Oslo coincidimos con Zaid Ait Malek, uno de los estandartes del equipo Buff, al que le había pasado lo mismo. Un tipo muy simpático y un luchador de la vida. Os ahorro más detalles preliminares y pasamos directo al sábado a las 8 de la mañana.
La salida llega casi de repente y nos vamos en pelotón por unas calles al borde del puerto que nos dejan en el puente que cruza el fiordo. El personal va tranquilo y eso me deja entorno a la 10ª posición justo detrás de Gum Bhirim (se escribe algo así), el nepalí que ganó el otro día en Gran Paradiso. Un tipo la mar de majo que siempre va la mar de repeinado como recién salido de un colegio de pago. Dejamos atrás el puente y nos metemos por un barrio de casitas (a decir verdad en Noruega todos los barrios son de casitas), con alguna primera rampa que nos lleva al final del asfalto. Empieza el tema... Echo un vistazo adelante... Va Eric (Moya) tirando y detrás Zaid, Michel Lanne... Cuento que voy el 11, justo detrás de Roger. Una rueda ambiciosa, pero a ver si hoy puedo aguantarle el ritmo que otras veces no ha habido manera. La pendiente se empieza a poner exigente... Los de delante deben ir silbando, pero yo enseguida me doy cuenta que me estoy saliendo de punto. Miro el reloj... 170... Efectivamente. Me pasa un tío... Y otro... Y otro más... Me pasa también Marc, del Matxacuca. Tampoco le sigo... Un tramo llano exige correr... Troto pero los demás corren más... Ayayay, que te has pasado de rosca...
Pasamos el avituallamiento del km4, que a estas alturas no necesitamos todavía y enfilamos el lomo de la montaña. Por mi parte la sangría continúa y me va pasando gente sin remedio, entre ellos Maite Maiora y Ragna Debats, que se disputan la cabeza de la carrera de chicas. Intento tapar la vía de agua con un gel, y un poco más adelante con una barrita. Parece que estabilizo las cosas y mantengo la distancia con Maite. La comida me sirve para contener la hemorragia en la subida pero a la que llegamos a una primera cima y la pendiente tira para abajo aparece un nuevo problema. Un proyecto de ampolla en el dedo gordo del pie derecho... Ayer estuve con las zapas de la carrera durante el día y no se por qué me noté el pie apretado, como si estuviera hinchado. Total que esta mañana he apretado poco los cordones y ahora lo estoy pagando. Bajo incómodo y preocupado, porque esto no es más que una breve bajada en medio de la primera subida. No quiero pensar... con lo que queda por delante. Un nuevo repecho pone un paréntesis en mis preocupaciones. Los de delante se me han ido bastante y por detrás llegan dos tíos, uno de azul y otro sin camiseta, minimalismo al poder... Venga síguelo en la bajada que así no vas a ningun lado. Siguiendo al tío duro me activo un poco camino del último repecho antes de la cresta cimera del Tromsdalstind, la primera cima del día. Las rocas van quitándole utilidad a los palos así que ante lo inminente de la bajada decido plegarlos y guardarlos en el cogote (hoy sin problemas).
"Heia! Heia!"... es el grito de ánimo de los voluntarios de la cima. "Great job! Follow the pink flags to the right. Be careful it's pretty steep". Bajo al otro lado junto a una cornisa de nieve y de repente las banderas desaparecen. Miro "to the right" y ahí abajo están... Madre mía... De pretty nada, de steep todo lo que quieras... Echo un vistazo rápido y no hay alternativa. Toca lanzarse por un resalte muy empinado que acaba en unas piedras que te esperan con las fauces abiertas. En fin, sin pensar... Afortunadamente no es muy largo y no coges velocidad. Primer tobogán de la jornada. De ahí el camino... Perdón, las marcas, camino ninguno, van bajando entre rocas por una pendiente empinadísima. Llevo las piernas calentitas de la subida y este tramo me sienta como una patada en el trasero. Voy totalmente torpe y llega lo inevitable. Se me engancha un pie en una roca y salgo hacia delante... Afortunadamente iba hacia un lado con lo cual la caida tiene menos desnivel. Tampoco aparece ninguna roca puntiaguda colocada estratégicamente... Podría haber sido peor. "Are you right?" me preguntan dos voces preocupadas. "Yes, yes, thanks"... "Sure?" ... Debe haber tenido mala pinta. Los dos corredores me pasan y yo sigo bajando aún más torpe que antes. Bufff... Tengo la impresión de que la carrera me está superando. Entro en un estado de negativismo... La ampolla del pie, este terreno tan difícil... Tendré que pararme? Sería la peor manera de presentarme ante el objetivo del verano, que es el UTMB... Más madera, llega Núria (Picas), que en este territorio comanche se mueve como pez en el agua. Me pasa e intento activarme siguiéndola por un nevero relativamente "esquiable", pero en un nuevo tramo más técnico vuelvo a quedarme atrás.
Afortunadamente las dificultades disminuyen y llegamos a un rellano del valle donde se puede correr mejor. La distancia se estabiliza y en el repecho posterior veo que le recorto con facilidad. Venga, céntrate, no es un problema de fuerzas... Esto es largo, estas comiendo lo que toca... Paciencia... La paso y poco a poco consigo activarme definitivamente. Tras el rellano viene un nuevo tramo muy empinado a través del bosque. Está embarrado y toca agarrarse de los árboles. Pero parece que ha pasado lo peor y mi agilidad va en aumento. Incluso dejo atrás a Núria, buena señal. La bajada se acaba y llego a un río. Hay un tronco que cruza a metro y medio del agua, pero ya tengo los pies mojados de otro que hemos cruzado hace un rato así que me meto hasta la rodilla y adelante. Voy chapoteando los pies mientras corro por un sendero acolchadito que atraviesa un terreno llano que lleva al avituallamiento (km18... creo). Por el camino paso a uno de los dos corredores que me había pasado cuando el trompazo. Relleno el flasco con Tailwind (alimento líquido) que llevo. El tema de la alimentación si que lo voy cumpliendo. Dos geles por tramo, más una barrita (de hecho dos en este primero) más el alimento líquido ahora.
Salgo sin perder mucho tiempo. La situación ha mejorado algo pero sigo sin estar muy animado. Me había encontrado bien entrenando y tenía la ilusión de que se notase en esta carrera. De momento no es así, no sé si voy cruzado por haberme pasado al principio pero en fin, no es lo que esperaba. Empiezo la subida entre el bosque y de repente veo al tipo sin camiseta. Automáticamente mi moral gana un punto, bueno a ver si empiezo a recoger gente... El tío ha bajado su ritmo considerablemente así que enseguida le alcanzo y le paso. Un poco más allá aparece Marc, del Matxacuca, al que igual que le están atacando los mosquitos igual que a mí. Con las posiciones ganadas mi moral va creciendo y mi ritmo también. La subida es dura pero pongo mi ritmo de crucero y voy avanzando bien. Las banderolas me llevan a una antecima. Levanto la vista... Ahí está la camiseta rosa de Ragna y un tipo de gorra blanca. Perfecto... Vista al suelo y cada vez que alzo la mirada veo que voy recortando. Lástima que el terreno fácil se va acabando y salimos a una cima que parece el inicio oficial de la arista de Hamperokken. Al fondo se ve la cima puntiaguda. Parece increible que la carrera pase por ahí. Vaya tela con Kilian...
En fin, manos a la obra. Guardo los palos, bajo un punto mi modo competitivo y subo el de concentración. El primer tramo de la cresta es fácil, rocas amplias y que se pueden evitar a un lado y a otro, pero la cosa enseguida se pone aérea. Afortunadamente las banderolas abundan y dan confianza. Hay una banderola ahí arriba? Pues sube ahí arriba y punto... No soy alguien que se mueva especialmente rápido por las crestas, más bien al contrario, pero las fuerzas están relativamente bien y eso favorece la concentración. Me voy cruzando con gente que está de excursión, o los periodistas que cubren la carrera y están haciendo fotos. Ahí está Albert Jorquera, Ian Corless, que como siempre se ha puesto en el mejor sitio... "Vamos, vamos"... "Thanks"... Me quedo con las ganas de felicitarle por las fotos. En los pocos momentos de respiro levanto la cabeza y veo que sigo recortando respecto de Ragna y el tipo de la gorra blanca. Esto sí que es una sorpresa. Lo cierto es que me lo estoy pasando pipa. Estando la roca seca no es dificil, y los pocos resaltes que hay las banderolas te los evitan por uno u otro lado. Solo recuerdo una chimenea vertical que debía ser el paso ese de tercer grado del que me sonaba haber oído hablar. Finalmente llegamos a la aguja final, que se salva por una canaleta en el lado derecho. En el último tramo me cruzo con Ragna, que ya baja. "Qué divertit, no?" le digo medio irónicamente. Una cuerda colabora en el último tramo, para salvar un último resalte. Asomo la cabeza a la estrecha repisa de la cima, donde hay dos tipos tumbados apuntado los dorsales que van pasando. "Seventy-five, is it OK like this?" O me tengo que subir a la repisa..."Yes, fine!"... "Nice, thanks" y me voy para abajo. Salto de repisa en repisa y veo que Núria está apunto de llegar. Se debe haber cascado la cresta a cañón porque yo diría que en la subida le debo haber sacado bastante. "Ojo! Pedra, Núria!"... Se me ha escapado un guijarro que había en una de las repisas... Me voy a meter para la derecha y así no tengo a nadie en la línea de tiro. Las banderolas de hecho es lo que hacen, llevándonos hacia una chimenea paralela. Y en el sitio más jodido, mira quién está aquí... El responsable de todo esto, con la cámara de la que tantos vídeos nos hemos tragado en el Facebook. "Que sàpiguis que m'he enrecordat de tu unes quantes vegades..."... "Bueno, home..." me contesta Kilian riendo... "Algunes per a bé, tot sigui dit... No, molt guapa la cresta, en serio..."... "Vinga! Que vagi bé!". Y con la bendición del Dalai Lama me meto por una cornisa equipada con una cuerda que me lleva a otra pendiente llena de piedras sueltas preparadas para hacer salto base. Ragna baja más o menos como yo, pero la que llega por detrás como un avión es Núria. Vaya tela, la tía, cómo baja... Me pasa incontestablemente y hace lo propio con Ragna, justo antes de meternos en un nevero empinado y alargado. Un auténtico tobogán que ya me llamó la atención ayer en las fotos del briefing. Núria y Ragna están bajando de culo a mil por hora. Yo hago un primer intento de bajar clavando talones, pero la pendiente es demasiada y enseguida me voy al suelo y paso al plan B. No se si habéis visto un vídeo en el que Kilian baja del Mont Blanc de culo con una pierna doblada y clavando el talón a modo de quilla de barco. Pues más o menos eso... Pero con pantalones cortos... Así que la nieve se me va metiendo por todos lados, pero en ese momento la verdad es que paso de todo y voy bajando intentando con más o menos éxito controlar la velocidad y la dirección. En un determinado momento veo que me voy irremediablemente contra una roca de la izquierda pero consigo controlar la velocidad lo justo para rebotar con los pies en la roca y salir despedido otra vez hacia el centro del nevero para seguir bajando por el tobogán, muy orgulloso de mi maniobra. Finalmente llego al final del nevero y echo el freno de mano. "Ten points!" Y de fondo esa música que hace algo así como "Ah ah ah ah ah, pum, I got a feeling!" (muy cutre, lo sé, pero llevo 10 minutos googleando y no doy con ella, la conocéis seguro, da muy buen rollo). Total, dos voluntarios, que estaban ahí para recoger los trocitos del que no frenase a tiempo. Yo creo que si ven como quedó mi muslo, igual me dan el "cum laude" (de aquí a que acabe la crónica me pienso si pongo la foto, que es un poco gore...). El tema es que como se me quedó el culo congelado tampoco notaba nada.
Me subo a las piedras y sigo tras Núria y Ragna (por cierto al principio de la bajada he pasado al de la gorra blanca, que bajaba justillo), intentando cambiar las piernas de modo. Me cuesta más que a mis dos predecesoras, que se me van escapando. Tendré que revisar el embrague porque me cuesta horrores cambiar de marcha. En fin, voy haciendo, reencontrándome nuevamente con mi proyecto de ampolla, que por otro lado podría haber evolucionado bastante peor. Cruzo un nevero junto a un lago, por el que un resbalón acabaría en un baño de lo más fresquito, y sigo por unos prados un tanto incómodos de correr pero que bueno, acostumbrados ya a la tónica de la carrera, pues tira que te va... Van apareciendo arbolitos que son el preámbulo del bosque de más abajo, así que pierdo de vista definitivamente a Ragna y Núria. Noto que mi ritmo se ha resentido algo en este trozo, no sé si por cansancio o por cierta desconexión. Venga, ponte las pilas... Llego de nuevo al camino de subida, donde coincido con los corredores que están empezando la subida al Hamperokken. No me dan ninguna envidia... Un poco más conectado llego al avituallamiento (km36), donde relleno la segunda bolsa de hidratación con alimento líquido.
Sorpresa, un corredor está parado aquí y o abandona o se queda un rato, pero la cuestión es que salgo del punto de control ganando una posición, pero con el de la gorra blanca pisándome los talones. Me pasa en un punto en el que me despisto de las marcas pero lo vuelvo a pasar justo cuando empieza la subida. La subida... Os acordáis de esa bajada tan divertida que os contaba hace un rato? Pues ahora subimos por el mismo sitio... Qué guay, no? Bueno, vamos a ver si jugamos la carta a nuestro favor. Tiro de palos para superar el resalte por dentro del bosque. El sendero es empinado y está embarrado, un cóctel exquisito. Al que vaya cocido le va a dejar listo de papeles... Adapto mi ritmo de paso-bastón-respiración. Pasos cortos pero frecuencia alta, obligada si tengo que seguir mi resople, que está a tope. Al llegar a lo alto del escalón, veo a una primera víctima. Un tipo de rojo que va más tieso que la mojama. Lo paso en el llano posterior. Levanto la vista.... La camiseta rosa de Ragna, que está a punto de alcanzar a un tipo. Osti, pero están lejos... Bueno, a lo mío. Cuando la pendiente vuelve a empinarse veo que mi ritmo responde bien, y al llegar a un nevero un poco más arriba me he acercado bastante. Y no solo eso, hay otros dos corredores un poco más adelante. Y de hecho si levanto la mirada todavía veo a Núria y alguno más... Pero bueno, tampoco te pases... Mira a estos de aquí que todavía no los has pillado. Al superar un nuevo resalte veo al primero. Camiseta verde y blanca, mochila negra. Es Roger. Lo alcanzo al pie de la última rampa. "Jabatu!"..."Ei Roger, qué tal... Vinga ànims!" Tampoco nos sobra el aire, así que ya charlaremos después. Sigo adelante y pongo el punto de mira en el proximo corredor, que es un tipo de camiseta blanca, azul y roja. Debe ser noruego o francés. Me cuesta un poco más pero acabo dándole caza y encontrando un hueco para adelantarle porque el tipo no me regala nada. Ragna está unos metros más adelante y un poco más allá Núria. Las paso a las dos pero la subida se acaba y llegamos al nevero empinado de esta mañana. "Oita, que ens han fet unes escales"... Qué detalle, qué maravilla... Menos mal, porque si no aquí no subimos...
Salimos a la cima. "Vinga Ragna que agafem a la Maite ara a la baixada, que l'he vist!" dice Núria. Mis dos compañeras han olido sangre y cambian a modo bajada en un periquete. A mí como antes me falla el embrague y a pesar de que en la subida iba mejor que ellas ahora tengo las piernas tiesas y las rocas me sientan fatal. Tengo la impresión de que el noruego-frances me va a empezar a hacer luces en cualquier momento, pero me empeño en no mirar atrás y concentrarme en bailar lo más rápido posible sobre las piedras, mientras voy pasando a corredores de la carrera corta, con los que coincidimos en este tramo. Pierdo de vista a Ragna y Núria y prácticamente me olvido de ellas. Me tomo el último gel para intentar recomponer la situación y poco a poco la cosa mejora, también ayudado por el cambio de terreno a algo más herboso y blandito. Alargo la zancada. A ver, si no ha llegado en este rato malo ahora menos. Me animo y recupero un muy buen ritmo, una vez las piernas se acostumbran a la bajada. Queda un último repecho donde si llego con estas fuerzas todavía puedo cazar algo. Llego al desvío que da inicio a la subida y me lanzo como un lobo. Un tramo llano se dirige hacia una línea eléctrica por donde Kilian dijo que se subía en el briefing. Sigo corriendo bien, sigo pasando corredores de la corta... Hasta que de repente, sin previo aviso... Zasca! El tío de mazo, que te está esperando en cualquier esquina. Lo de sin previo aviso no es bien bien cierto. Hace un rato que el estómago me ruge, y el gel no ha conseguido calmarlo. Me queda una barrita y me la tendría que haber tomado antes... De repente las piernas se me ponen de gelatina y la pájara llega con las garras bien afiladas. Miro el reloj... 120 pulsaciones... Y no voy ni para atrás... Juas! De manual... El avituallamiento no debe estar lejos... Qué hago? Venga va, saca la barrita. Las de antes eran de sésamo pero está es de chocolate y más contundente. Me tomo un tercio, agua, y un poco más allá un segundo tercio. No pasan ni 5 minutos y las pulsaciones empiezan a recuperarse, el ritmo también. Vuelvo a poder trotar dignamente camino del avituallamiento. Cojo un trozo de plátano y unos cuantos de manzana, mientras me giro y veo que llega el noruego-francés. Venga pírate de aquí, que con un poco de suerte no te ha visto.
Me lanzo por el camino de bajada, que coincide con los 4 primeros kilómetros de esta mañana. La pájara es historia y bajo muy ágil ayudado ahora por los palos. Joder, cómo gira la tortilla en 10 minutos. No sé si me ha visto pero igualmente a este ritmo creo que no me pilla. Entre el bosque veo la ciudad de Tromso que se va acercando, el puente, y aún más cerca las casas del barrio a este lado del fiordo. Llego a la pista y más alla al asfalto. Mantengo el ritmo, que así de paso llego antes, y bajo junto a la curiosa catedral hasta el inicio del puente. Venga última rampa. Por el pasillo lateral se confunden corredores de la corta y peatones. No veo a Ragna ni a Núria que son quienes creo que me preceden en la carrera larga, pero incremento el ritmo simplemente porque me siento bien y voy encendido, quizá por una deuda conmigo mismo por el final del otro día en Gran Paradiso. La subida se acaba y el puente hace un cambio de rasante para empezar a bajar. Y más encendido todavía, esquivando a la gente... Un momento, ese tipo de allí con camiseta amarilla... Ese juraría que es de la larga, no? Venga, más madera... Llego al final del puente y giro para empezar el callejeo. Tengo al de la camiseta amarilla a 30 metros pero antes adelanto a un tipo de la corta que cuando ve mi dorsal le grita algo en noruego al de delante, que automáticamente acelera. OK, es de la larga... Pues nada, yo acelero también... Y así empezamos a curvear por al lado del puerto en plan persecución de peli... Y ahora sí, en esta peli sí que le paso... Le adelanto e intento cambiar de ritmo para parecer más convincente. Adelanto a una chica en un estrechamiento, los palos me chocan con la pared, oops... "Sorry!" Levanto la mano a modo de disculpa, me sabe mal... Pero bueno, sigo adelante a ver si consolido mi posición. Miro de reojo, parece que sí. Pero bueno, me quedan 200 o 300 metros, ya llego con la carrerilla. Giro la última curva. Osti! Ahí está Núria... No me ha visto, si esprinto como un loco yo creo que la paso... Pero sería muuuy rastrero. Ni hablar. Entro en meta justo tras ella, finalmente en 18º lugar de la general (15º de la clasificación masculina más las tres chicas, Maite, Ragna y Núria).

Balance de la carrera: hombre pues siempre que vas de menos a más las sensaciones tienden a ser buenas. Reconozco que en algún momento del principio me vi superado por las circunstancias. Esa primera bajada la verdad es que en algún momento me pareció "too much", en plan, lo siento pero yo por aquí no puedo bajar corriendo. Como errores y cosas a mejorar, la salida debió ser con un punto más de calma. Creo que eso me hubiese permitido coger el tren de Maite Maiora y compañía, que era una buena rueda, que el otro día pude seguir bien. También esa barrita al final debió haber caído antes, con lo cual hubiese evitado esa pájara del final. Pero por otro lado la gestión de la comida fue bastante buena y una vez cogí la dinámica, mi ritmo también. Creo que no era el terreno óptimo para mí, pero aun así me defendí relativamente bien. Y lo más importante, la sensación es que las fuerzas responden con el paso de los kilómetros. Así que me voy de esta carrera con buenas sensaciones de cara al día D, dentro de cuatro semanas. Os dejo tranquil@s hasta el UTMB.


Besos y abrazos.

P.D: sobre el material, poco que reseñar. Sólo las zapatillas, las S-Wings negras, las de taco. Como siempre buena respuesta en cuanto al agarre. Menos comodidad que otros días, pero normal teniendo en cuenta que crucé doscientos ríos con el agua hasta la rodilla.

P.P.D: ahí va la foto gore...