El Ultratrail del Mont Blanc... Cuando comentas en algún círculo de amigos que te gusta eso de correr por la montaña, tarde o temprano sale la pregunta de "oye y esa del Mont Blanc no te la has planteado?"...
Pues sí, efectivamente. Hace cosa de dos años que decidí intentar correr la que tradicionalmente se ha considerado como el campeonato del mundo no oficial de las carreras de montaña de larga distancia, la que, a pesar de los problemas entre meteorológicos y organizativos de los últimos años, todo aquel al que le atrae el mundo del ultratrail quiere correr almenos una vez en la vida. Y digo intentar porque la popularidad de esta carrera hace que para inscribirte tengas que, o ser un "pro" que va con invitación, o pasar por un sorteo como la mayoría de los mortales. Como soy de los segundos me apunté al sorteo correspondiente a la edición de 2012 y como voy más bien escaso de suerte en el azar, el resultado fue negativo. Tenía la opción de cambiar la inscripción a alguna de las otras carreras que se organizan de manera paralela, pero renunciando a ello tenía la inscripción asegurada para la edición de 2013, así que eso fue lo que escogí y aquí estamos, a dos días de que empiece la carrera, concretamente el viernes a las 16h.
No negaré que en primavera mi principal objetivo era la Ronda dels Cims, en Andorra, pero la verdad es que con el buen resultado de allí y el resto de carreras del verano, estoy motivadísimo para ponerme el dorsal y echar a correr alrededor de ese macizo espectacular. Porque de eso se trata, de dar la vuelta al macizo del Montblanc, siguiendo el itinerario del famoso trekking que pasa por Francia, Italia y Suiza a lo largo de 168kms y unos 9000m de desnivel positivo. Dicen que el recorrido es relativamente poco técnico (ya dire la mía cuando lo haga) y bastante favorable para poder correr buena parte del tiempo. Habrá que adaptarse a ello y lo cierto es que el ambiente y los paisajes ponen todo de su parte.
Y para un buen objetivo, una buena preparación. ¿Cuál? Pues qué mejor que un buen entreno en altura subiendo el Mont Blanc y durmiendo un par de noches a más de 3000 metros para que los glóbulos rojos se pongan fuertotes y vayan cargados de burbujas de oxígeno cual sherpa nepalí (quién no ha visto "Érase una vez la vida"?). Miembros de la expedición: Elena, Meritxell, Adrià y un servidor, como pardillo alpinístico del grupo.
Tranquilos, no voy a relatar con detalle los tres días de ascensión. A grandes rasgos, cogimos un trenecillo (más lento que el caballo del malo) en Sant Gervais que nos dejó a unos 2300m, de ahí subimos en medio de la niebla hasta el refugio de Tête Rouse (3150m). donde pasamos la primera noche. Segundo día corto pero intenso, subiendo por terreno mixto y empinado de roca y nieve, hasta el nuevo refugio de Gouter (3800m), que es una especie de platillo volante que han construído en una ubicación de mirador privilegiado. Y el tercer día, ascensión a la cumbre. Pero antes algunas anecdotillas que surgieron por el camino:
- El tema estrella de la expedición probablemente sea el agua. Llegamos al refugio de Tête Rouse y cenamos, bastante bien por cierto, pero cuando al acabar pedimos más agua nos dicen que después de la cena ya se ha de pagar. El precio: 5 euros la botella de litro y medio. No es la mejor manera de promover la hidratación necesaria para prevenir el mal de altura. Vamos al lavabo pero de los grifos no sale agua (gran utilidad la de los grifos), en la cocina libre tampoco. No nos queda más remedio que comprar un par de botellas y racionar el agua cual habitantes de Dune (cuando no entendáis alguna broma freak, pasad de largo con tranquilidad, nada de lo que digo suele ser demasiado importante...). Al día siguiente, en el refugio de Gouter, recurrimos a la clásica picaresca española y bajamos a cenar con tres botellas escondidas para rellenarlas con el agua "gratis" de la cena. Chasco, a 3800m ya no regalan ni eso, así que si quieres beber, 5 eurazos al canto. Estas restricciones han favorecido varios récords batidos durante esta expedición relativos a la falta de higiene personal, que no detallaremos para que no se os atragante el desayuno.
- Una manera rápida de evaluar si uno está bien hidratado es a través del color que generamos cuando miccionamos/orinamos/meamos. Cuanto más claro, mejor hidratados. Pues bien, si ponéis a un tío a correr 24 horas en medio del desierto del Sahara sin beber una gota de agua y lo ponéis a mear, obtendréis un líquido de color similar al que sale cuando tiras de la cadena en el lavabo del Refugio de Gouter. De juzgado de guardia. Una cosa es que raciones el agua y otra que para entrar al lavabo tengas que hacer un ejercicio de amnea que a esa altura te hace salir mareado. No se quién hizo el sistema de evacuación pero recircular los residuos humanos tiene todos los calificativos situados entre "cruel" y "mezquino" (perdón, ahora ya no me he cortado, espero que hayáis acabado el desayuno...)
- Ya que esto se pone gore, seguiré con el panorama que uno se encuentra cuando llega al Refugio de Valot, una caja metálica situada a unos 4300 metros. Las guías ya avisan de que no se cuente con esta cabaña más que en caso de emergencia. Primero porque a esa altura más que descansar fomentas el mal de altura y segundo porque el estado de limpieza es deplorable. Una cuarta parte del espacio interior es un montón de basura de todo tipo. Esa variedad de residuos se percibe también en el olor ambiente, fruto de situaciones desesperadas que se deben dar en este refugio. En este caso entiendo una cierta solidaridad, supongo que cuando un tipo llega con el colocón de la altura, en medio de una tormenta y a 20 grados bajo cero, la perspectiva de salir afuera y la difícilmente empeorable limpieza interior, hacen que todo tipo de excremento pase a formar parte de tan desafortunado ecosistema. Ahí enmedio encontramos a tres valientes durmiendo. Dudo que pagasen los 6 euros que exige por dormir ahí, una especie de hucha que algún cachondo ha puesto al lado de la puerta.
Pero bueno, para que la película acabe bien, tras todas esas penalidades llegamos a la cima. Después de salir a las 3 de la mañana de Gouter y pasando por algunos tramos de arista algo afilados pero sin llegar a ser complicados, hacemos cumbre a las 6:50, justo en el instante en que llegan los primeros rayos de sol. El momento es muy emocionante y las vistas espectaculares. El tiempo nos ha respetado y el día es clarisimo así que nos recreamos identificando las infinitas montañas que se ven. Aunque no demasiado rato, porque la rasca que mete es importante. Algunas fotillos y para abajo sin perder tiempo. Me ahorraré el descenso, que fue interminable (7 horas) hasta el trenecillo de Saint Gervais.
Así que con las piernas algo cansadas (espero que se me pase) pero con la motivación a tope para la carrera. El objetivo, como siempre, acabar con la sensación de haber hecho una buena gestión del esfuerzo, la alimentación y la cabeza. Si os aburrís podéis seguir la carrera en el link: http://utmb.livetrail.net/
Espero estar a la altura de la carrera y del ambiente, y tener buenas cosas que contar la semana que viene.
Besos y abrazos
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