Hace unos años, estando de excursión en algún rincón del valle de Benasque alguien me dijo que se había encontrado a unos vascos (cuando se habla de cosas de este estilo los protagonistas siempre son vascos...) que estaban intentando hacer Aneto, Perdiguero y Posets en menos de 24 horas.
La idea se me quedó pululando por la cabeza y en 2007 encontré un hueco para intentarlo por primera vez. Por aquel entonces, ni estaba en la forma que estoy ahora ni tenía la experiencia que tengo ahora sobre alimentación, gestión del esfuerzo y demás. Total que me planté un día de julio en el Plan de Senarta (1400m) y salí a la 1 de la mañana camino del Aneto con tres geles en la mochila como todo alimento, uno para cada una de las tres cimas. Subí al Aneto de noche, con unas vistas del glaciar increibles con las primeras luces del día, bajé hacia Renclusa, subí hacia el Perdiguero por el valle de Remuñe y cuando estaba subiendo el último repecho hacia este segundo pico me cogió un pajarón de escándalo. Llegué a la cima medio mareado, me senté, me comí el segundo gel y decidí abandonar la historia. Bajada por el Valle de Estós, al coche y para casa.
Con ganas de quitarme la espina y después de haber recuperado bastante bien de la Ronda dels Cims, decidí probarlo otra vez este fin de semana. Además el tiempo pintaba bien y además me acompañaba mi amigo Ruben, que se había motivado también con este proyecto. Por darle un poco más de elegancia al recorrido decidimos que el principio y el final debería ser en Benasque. La idea (para los que lo conozcais, para los que no, os podéis saltar este trozo) es subir al Aneto por el valle de Coronas, bajar por la Renclusa, seguir al Hospital de Benasque, subir al Perdiguero por el valle de Remuñe, bajar hacia el Valle de Estós, subir al Posets por el valle de la Paul y bajar hacia el refugio de Angel Orús, Eriste y Benasque.
Subimos con la furgo el viernes por la tarde, cenamos pronto y nos tumbamos a descansar un par de horillas en las que prácticamente ni duermo. A las 12 Ruben hace un rato que prepara las cosas. Me levanto, "desayuno" y a las 12:40 salimos desde la calle principal de Benasque.
Trotamos por la carretera y antes del primer kilómetro nos encontramos con la primera sorpresa. Las riadas que hubo hace tres semanas se han comido parte de la carretera. Los destrozos son impresionantes, piedras como pianos esparcidas por todos lados. Mi idea era hacer este primer tramo por una pista que acorta algo hasta llegar al Plan de Senarta, pero en vista del panorama parece más seguro ir por la carretera. Llegamos a Senarta en algo menos de una hora y enfilamos la pista de Vallhivierna. Llegamos al refugio del Puente de Coronas (2000m) poco antes de las 3 de la mañana.
Aquí se acaba la pista y 5 minutos más allá cogemos el sendero que se mete por el valle de Coronas en dirección al Aneto. A pesar de los montones de gente que pasa por aquí el camino es difícil de seguir y tiene cambios de dirección que por la noche despistan bastante. Aún así llegamos bien al Ibonet de Cornoas (2200m) y afrontamos la segunda parte del valle. Aquí la ruta gira a la derecha y se mete en una zona de prados y rocas por donde el camino es aún más perdedor. Además toda esta ladera es un mar de fitas que pone la gente de manera anárquica, sin que se establezca un itinerario preferente. Como condimento, en estos días todavía quedan algunos neveros en esta zona que son incómodos de cruzar, más con la nieve dura que hay a estas horas de la madrugada. Con todas estas dudas llegamos al primer lago de Coronas (2635m) bastante más altos de la cuenta, lo que nos obliga a bajar de nuevo dando un poco de vuelta.
De aquí terreno fácil hasta el segundo lago (2725m), donde nos ponemos los crampones porque tiene pinta que a partir de aquí va a ser casi todo nieve hasta arriba. Efectivamente, salvo algunas rocas sueltas, cogemos ya la ruta por el glaciar en dirección al collado de Coronas. Con nieve, esta subida está formada por 3 rampas bastante empinadas con dos rellanos intermedios, por las que puedes subir recto tirando de gemelos. En un principio los crampones me van bastante bien, sobretodo cuando sigues la huella por donde ha pasado la gente del día anterior, pero en el último repecho me desvío un poco a la izquierda y me veo metido en un trozo de nieve dura que es demasiado para mis crampones de trail. Flanqueo a la derecha para recuperar las huellas pero cada paso hay que clavar bien el piolet y me voy rallando por momentos. Me pongo un poco tenso y le grito a Ruben que me espere. Al final recupero las huellas, llegamos a la roca y trepamos los últimos metros hasta el collado de Coronas (3198m).
La vista desde aquí cambia rápidamente mi humor. Las primeras luces de la mañana iluminan el Glaciar del Aneto y las rocas del Pico de Coronas y una línea roja ilumina todo el horizonte. Flanqueamos a la derecha y llegamos a la huella que viene de la ruta normal desde la Renclusa. Se nota que a esta altura no se sube con la misma alegría que más abajo, pero de todas formas este último repecho transcurre sin mayores sobresaltos. Llegamos a la antecima, nos quitamos los crampones, dejamos la mochila y cruzamos el famoso Paso de Mahoma para llegar al pico más alto de los Pirineos. Son las 6 de la mañana, esta es la única manera de estar solo en la cima del Aneto.
Hacemos fotos, damos señales de vida con el movil y disfrutamos de la salida del sol desde este mirador privilegiado. Volvemos a cruzar el Paso de Mahoma, comemos algo y nos disponemos a seguir con la ruta. Volvemos a bajar la pala de nieve hasta las inmediaciones del Collado de Coronas y seguimos por la marcadísima huella del Glaciar del Aneto. En estas que Ruben empieza a tener problemas con sus crampones. Él va también con unas zapatillas de trail y eso facilita que los crampones se vayan aflojando. De todas maneras el terreno es fácil y avanzamos rápido.
Poco antes de llegar al Portillón Superior los problemas me vienen a mí. Noto algo raro y me doy cuenta de que la parte trasera de uno de mis crampones se ha salido de sitio. La recoloco, pero 100 metros más allá me vuelve a pasar lo mismo. Miro que pasa y me doy cuenta que una cadenita que une la pieza metálica a la goma que sujeta el crampon al pie se ha salido de sitio. El motivo, que se ha roto la goma... Mierda, no parece tener solución. Lo coloco como puedo y llego a la brecha del Portillón Superior con un mal humor creciente. El siguiente tramo de flanqueo a la izquierda no mejora las cosas por que al dar pasos de lado mi crampón se sale cada dos por tres. Eso hace que al pisar de talon lo que toque con la nieve sea directamente la zapatilla, cuya suela tampoco está para muchas alegrías después de tantas batallas. Total, que cuando piso algún trozo un poco duro me voy resbalando. Incómodo, inseguro, un desastre.
Nos encontramos con la avanzadilla de la riada de gente que va hacia el Aneto desde la Renclusa. Este es un punto delicado en el que es fácil tirar recto y salirse del camino y alguno va más perdido que un pingüino en el desierto. Nos preguntan que por dónde se va al Aneto. Le indico pero no parecen convencidos porque hay unos tipos que han tirado recto en dirección a la Maladeta. Le digo que es por ahí, que venimos del Aneto. "Seguro?". Con la rallada que llevo con mi crampón me dan ganas de decirle que haga lo que quiera, que suba a la Maladeta, al Posets o al Nanga Parbat. Sigo la bajada mientras ellos parece que finalmente entran en razón.
Toda la bajada siguiente sigue la tónica de crampón fuera, recoloco, crampón fuera, recoloco... Intento coger la parte de nieve más reblandecida por el sol para poder bajar corriendo clavando talones. El problema es que la parte averiada de mi crampón apunta peligrosamente al otro tobillo. La nieve se acaba a los 2300m y afrontamos la última bajada hasta la Renclusa en medio de un debate interior.
Está bastante claro que mi crampón no se puede arreglar de manera sencilla y que voy a tener los mismos problemas todo el dia. En las subidas no es demasiado problema porque traccionas básicamente de punta, pero en bajadas y flanqueos puede dar lugar a situaciones peligrosas. Repaso mentalmente el itinerario para identificar posibles zonas complicadas. Me preocupa especialmente una bajada que hay antes de enfliar el último tramo al Perdiguero. Es cierto que con el calor y la nieve blanda, los crampones cumplen menos su función, pero en ese sentido el desgaste que lleva la suela de mis zapatillas no ayuda demasiado. Le cuento mis preocupaciones a Ruben y poco a poco me voy dando cuenta de que así no voy a ningún lado. Se va decantando la balanza hasta que llegamos a un punto de no retorno en el que desconectamos mentalmente del reto. No ha podido ser.
Una lástima porque llevábamos un ritmo bastante bueno y estoy convencido de que el objetivo entraba dentro de nuestras posibilidades. Mala suerte. Por otra parte, como comprenderéis, quedé muy decepcionado con los crampones. No es por hacer mala propaganda pero es lo que hay, eran unos Ice Traction de Climbing Technology y era la primera vez que los usaba. Salvo el tramo anterior al Collado de Coronas el resto del recorrido es sencillo y sin grandes pendientes, o al menos, nada que no deba superar algo que te tiene que permitir ir por la montaña. Cuando llegué a casa me dí cuenta que el otro crampón también estaba roto por otro punto. En fin, un desastre. No se si alguien que llegue a leer esto a tenido un problema semejante.
Total, que ya con calma y con la satisfacción, por lo menos, de haber subido el Aneto y disfrutado de la salida del sol en la cima, bajamos hacia la carretera de la Besurta y el Hospital de Benasque mientras ruben y yo, sumidos ya en otros temas, discutimos sobre pasos de salsa y bachata... Bajamos a Benasque en autostop con un auténtico personaje, furgo y partimos al encuentro de los 40 grados que nos esperan en Lleida. El reto Aneto - Perdiguero - Posets tendrá que esperar a un tercer intento que espero que sea el definitivo.
De todas maneras y a pesar de no haber conseguido el objetivo, me alegro de haber planteado un reto como éste con un amigo como Ruben, de haber compartido horas de camino por la montaña, esfuerzo, reflexiones... Normalmente nos embarcamos en estos proyectos en forma de retos solitarios y de puesta a prueba de la propia fuerza de voluntad. Pero es bonito compartir objetivos y muchas veces tiendo a estar de acuerdo con Alex Supertramp en su última frase de "Into the Wild": LA FELICIDAD SÓLO ES REAL SI ES COMPARTIDA.
Besos y abrazos
guapo guapo alber! y si que tienes razón al final! ;)
ResponderEliminarQué bueno Alberto! No sabía de tu blog, ya soy fan!! jeje
ResponderEliminarLástima en esta última salida y la calidad de estos Climbing Techology... Pero te estás pegando unas buenas excursiones/trials(rondas... y las explicas con algunos detalles divertidos que ayudan a imaginarse la vivencia aún más ;)
Un abrazo crack!