Muy buenas!
Tercer
finde seguido de actividad y tercer finde seguido de crónica. Parecen los
viejos tiempos... :-p
Siguiendo
con la carga de volumen de este mes de enero, el bloque de tres semanas fuertes
tenía que acabar con la participación en el Ultratrail Montnegre Corredor. El
menú previsto, 105 kilómetros con unos 4000 metros positivos por la zona del
Maresme norte, a unos 50 kilómetros de Barcelona. A falta de pruebas con
terreno montañero y desnivel a estas alturas de temporada, era una buena
oportunidad para hacer una carrera larga y seguir acumulando kilómetros. No
obstante, los estragos causados por el temporal Gloria dejaron varias pistas
fuera de servicio y eso comprometía la seguridad por problemas en las vías de
evacuación, motivo por el cual la organización decidió anular la distancia
Ultra y condensar a todos los corredores en la distancia Half. El nuevo plan:
48 kilómetros con 1600 metros de desnivel positivo. Unos números que sugieren
un recorrido bastante rápido y corredor, con salida en Arenys de Munt y llegada
en Vallgorguina, en el lado sur y norte de la Serralada Prelitoral
respectivamente.
En el lado
positivo, toca madrugar menos y en lugar de salir a las 5 de la mañana el toque
de campana es a las 9h45. Tras dejar el coche en la meta, un autobús nos
traslada por las curvas de la carretera de Arenys, que el conductor negocia
como puede. Ya en la salida me encuentro con mi equipo de apoyo incondicional,
que hoy está formado por mis padres y Mònica. Ante la previsión de ritmo rápido
caliento un poquillo, para no ahogarme a los 200 metros. Las sensaciones de los
entrenos son buenas, pero lo cierto es que no estoy enfocando mucho en este
tipo de esfuerzos así que no conviene emocionarse. Además, al juntar las dos
pruebas es de prever que haya unos cuantos galgos en el cartel de salida. Entre
ellos, Aitor Leal, un corredor vasco que hacía tiempo que no tenía ubicado,
pero que hace unos años tenía algunos muy buenos resultados.
Cuenta
atrás, y salimos por una pista que empieza a subir desde el minuto cero. Busco
mi ritmo en medio del típico vaivén de corredores que van luchando por las
posiciones. Si no recuerdo mal, el recorrido pintaba que había un buen tramo
por pista, así que no hay que temer por atascos... Mejor buscar un ritmo
homogéneo y evitar calentones que me saquen de punto. Enseguida veo que hay 4 o
5 corredores que, o bien han salido de farol, o bien llevan un ritmo claramente
superior al mío. Echo un vistazo al pulsómetro... Efectivamente, no tengo que
pasar de aquí... Nada pues... Echo números y me quedo entre las posiciones 6ª y
8ª, junto con un corredor de Tarragona, Toni Calderón (que conozco de vista de
hace algunos años), un chico larguirucho y otro corredor que se descuelga del
grupo cabecero. La carrera va alternando repechos con tramos llanos y cortos
toboganes, pero globalmente tiende a subir. El chico larguirucho lleva un punto
más y se va hacia delante. Llegamos a la zona más alta y cogemos algún tramo de
sendero. Alcanzamos al chico que se había descolgado, que se descuelga todavía
más, pero a cambio en una bajada aparece otro corredor lleno de tatuajes que
baja como un tiro, así que seguimos siendo las posiciones 6ª-8ª, alternándonos
entre nosotros.
A la hora
de carrera o así pasamos por el primer avituallamiento. No hay ni ademán de
parar. Lo cierto es que se confirma lo del ritmo de carrera... De momento,
excepto unos metros que había un socavón en medio del sendero, he podido correr
todo el rato, y en el llano y bajada nos ponemos a 4'/km y la peña sin levantar
la ceja. Yo noto que a la que el terreno se pone para arriba voy algo mejor que
mis compañeros. En un momento dado Toni Calderón cede y desaparece de repente,
con lo cual nos quedamos el chico de los tatuajes y yo. Cuando el terreno lo
permite charlamos un poco para romper el estrés de la carrera. La tónica sigue
en este segundo tramo, alternando cortos repechos, tramos de pista, y tramos de
sendero desbrozado donde tienes que ir con cuidado para no dejarte la cabeza en
una rama. La cabeza no, pero la gorra la estoy a punto de perder un par de
veces. Observo con satisfacción que en las bajadas cada vez me cuesta menos
seguir el ritmo del compañero. En una de ellas decido mantenerme en cabeza y veo
que no me hace luces, con lo cual parece que nuestro ritmo se ha acompasado. En
el siguiente repecho aprieto un pelín y saco algo de distancia, intentando
consolidar la 6ª posición. Tras el repecho las cintas me guían por una serie de
pistas que me van acercado al pueblo de Dosrius, a donde llego en 2h4', buen
parcial para los tiempos que tenía vistos. Cruzo el pueblo por el cauce del
río, y llego al avituallamiento, que está a la salida.
Allí tengo
al equipo esperando. Me acabo el bidón de Tailwind y lo cambio por otro. El de
agua me lo quedo porque está casi lleno. En 5 segundos lo tenemos resuelto y
sigo adelante mientras saco un rollito de bimbo con mermelada. Me lo como,
combinado con el humo de unos quads que están haciendo el cabra por el camino. Cruzo
el río por debajo de un puente y me meto por un sendero en un corto repecho
duro. Tras unos metros de marcha vuelvo al trote por un sendero en falso llano.
Empieza un tramo de subida progresiva en el que después de la zancada limpia
del descenso anterior, tengo la sensación de ir bastante lento. A ver, es
subida... tampoco podemos pedir peras al olmo. Miro las pulsaciones y se
mantienen entre 155 y 160, que no está mal, así que no parece haber síntomas de
pájara. Tampoco me están pillando por detrás... Nada, yo a lo mío, que aún
queda rato... La sucesión de pistas me deja en una urbanización donde agradezco
un poco de asfalto para cambiar de tercio y no pensar tanto en dónde pongo los
pies. Las marcas cambian de dirección y me llevan bordeando un campo y por un
tramo llano. Un poco por sorpresa, llego a un avituallamiento que no tenía muy
controlado dónde quedaba. También por sorpresa, veo que un corredor está
saliendo del mismo. Mira qué bien, no debía ir tan lento.
Nuevo
avituallamiento flash, aunque me acerco a coger un trozo de naranja y echar un
trago de agua de un flask que me acerca Mònica. Otros 5-10 segundos, ahora que
he visto al de delante, no hay que perdonar. Salgo al trote en ligero ascenso,
por una nueva serie de senderos y pistas, que siguen siendo todos muy
corribles. De repente aparece el corredor delante de mí... Veo que camina en un
tramo de subida... Parece que va cansado, le alcanzo, aguanto detrás en una
bajada hasta que salimos a una nueva subida por pista y vuelve a caminar. Le paso
con la típica mirada mezcla de solidaridad y satisfacción por la posición
ganada. "Saps si van molt lluny els de davant?"... "Mmmmm, crec
que si, no els he vist en tota la cursa"... Pues nada, 5º y a acabar la
carrera con un ritmo más o menos satisfactorio.
Tras un
ligero descenso vuelve la tónica ascendente, pero siempre muy progresivo y con
tramos llanos. Lo cierto es que voy yendo más cansado y en cierto modo cambio
el modo carrera por el modo entreno. Intento identificar dónde tengo que ir a
parar. Ahí delante hay una zona alta... Será eso ya la última cima? Paso junto
a una ermita, donde empiezan a aparecer corredores de la carrera más corta. Por
el tiempo que llevo podría ser ya aquí arriba... Salgo a lo alto, el paisaje se
abre... y aparece otro valle una montaña más alta más allá... Ups... Pues aún
queda un rato... Vamos a verlo por el lado positivo, más tiempo y más opciones
para cazar algún cadáver... En uno de los caminos me encuentro unos corredores
parados... "Está muy lejos el de delante?"..."Mmmm, Miguel Ángel
va a 5 minutos"... Miguel Ángel creo que es el chico que ganó la Ultra el
año pasado y que era uno de los de delante. 5 minutos es bastante, parece
complicado... Bueno, yo mantengo este ritmo y a ver...
Afronto
una bajada corta dejándome caer como un elefante y cruzo un riachuelo para
volver a coger ooootro sendero de subida progresiva que sube en diagonal por el
otro lado del valle. Voy pasando corredores de la carrera corta y cruzándome
excursionistas. Ya con ganas de llegar, a uno de ellos le pregunto lo que queda
de subida. "Nada, ya lo tienes... 115 metros"... Supongo que quiere
decir de desnivel... Hombre, pues 115 ahora me parecen bastantes... Llego a un
repecho muy empinado en el que me doy cuenta que voy a ir más rápido andando que
trotando, así que me permito un pequeño respiro. Echo manos a las rodillas y
voy lanzando miradas hacia arriba. En una de estas veo a un corredor que parece
que va más rápido que el resto que me voy encontrando... Le alcanzo...
"Eres de la maratón?" me dice... "Sí, tu?"... Le miro el
dorsal y efectivamente... Vaya, no contaba con ello porque además no es Miguel
Ángel... Le paso al llegar arriba y pego un pequeño hachazo..."Bueno! Soy
de la Ultra!" le grito... En realidad hacemos lo mismo y moralmente estamos
en la misma carrera, pero las clasificaciones son separadas, aunque a mí la
verdad es que me da igual. Entre que parece cansado y si le digo que no soy de
su clasificación, así me deja en paz y no me aprieta en la bajada. Cruzo un par
de montículos y un bonito prado que me deja en la Ermita del Corredor, junto a
la cual está el avituallamiento.
Grito mi numero de dorsal, que hace rato que se ha
desintegrado, y paso de largo sin dudarlo. Venga, última bajada, 25-30 minutos
y meta. Me lanzo por un senderillo lleno de ramas hasta empalmar con un tramo
de pista que permite alargar la zancada. Nuevo sendero, con alguna que otra
señal de peligro por los socavones que han causado las lluvias. Va apareciendo
algún que otro tramo técnico en el que tengo que ir con cuidado. Además, el calor
ha hecho mella y noto que los amagos de rampas están empezando a aparecer. Creo
que lo mejor es asegurar que no acabo con una torcedura o algún trompazo que
eche a perder la carrera y algo más, así que me lo tomo con algo más de calma.
Salgo a la parte inferior del valle y las marcas giran a la derecha. Por lo que
recuerdo del mapa, solo queda un tramo llano hasta llegar al pueblo. Intento
acelerar un poco pero veo que mis gemelos son gelatina y el abductor no está
mucho mejor. Echo un vistazo atrás... Nadie, bueno pues... A rodar suave y
hasta meta... Aparecen las casas, un parking y enfilo la calle que se dirige
hacia el centro. Allí al fondo aparece mi madre, al girar la curva mi padre, y
al llegar a meta Mònica. Siempre es una satisfacción cruzar el arco de meta,
pero más aún con buena compañía.
Finalmente,
cuarta posición de la carrera, cuarta posición de la modalidad dos piernas y
dos brazos (que es la que importa al fin y al cabo) pero como de los tres que
me preceden uno es Aitor Leal que estaba apuntado a la Half, me toca subir al
podio de la Ultra en 3ª posición. La verdad es que contento por las
sensaciones, teniendo en cuenta el contexto de la carrera, entrenos y momento
de la temporada. Ahora a seguir buscando afinar la máquina para los próximos
objetivos. Por último, agradecer el apoyo y la compañía del equipo
incondicional, que siempre es un placer :-)
Besos y
abrazos,
¡Plas, plas, plas!. Qué bien lo cuentas, qué buenas crónicas, enhorabuena.
ResponderEliminarSaludos. Pruden.