viernes, 9 de junio de 2017

Tinensa de Benifassà: Campeonato de España de Iberogaine

Volvemos a los Rogaines!
Este sábado 3 de junio se celebró el Campeonato de España de Iberogaine, con una prueba de 12 horas en el impresionante terreno de la Tinensa de Benifassà, en el lado castellonense del macizo dels Ports de Besseit. Para allá nos fuimos con Aurelio a ver si éramos capaces de seguir con la buena racha de esta temporada. En este caso la salida era a las 9 de la mañana y los mapas se repartían a las 8 para poder planear la estrategia. Esto fue lo que nos encontramos:

ANÁLISIS DEL MAPA:
- La salida y meta se encuentra en el centro del mapa
- En base a eso dividimos el mapa en cuatro cuadrantes y contamos los puntos en cada zona: 90 - 79 - 50 - 57 (cuadrantes noroeste, noreste, sureste, suroeste respectivamente). O sea que hay más puntos en la zona norte.
- La zona norte tiene más zonas blancas (bosque más o menos penetrable) y menos naranjas (campo abierto) comparado con la mitad sur (perdonad pero en esta imagen no salen las zonas naranja claro... que son las "medio-abiertas").
- El relieve es bastante homogéneo por todos lados, en general bastante duro y con desniveles marcados (hay que tener en cuenta que las curvas son cada 10 metros)
- Es decir que la zona norte tiene más puntos y parece más complicada, por tanto empezaremos hacia allí.
- Hay algunas líneas relativamente evidentes: 92-35-82-77-53, que queda algo separada en el extremo norte; 43-51-83-68-100-69-46, algo parecido en el extremo sur
- Cerca de la meta hay varias balizas de 3 o 4 puntos que dejaremos para adaptar la estrategia al final sin tener que poner en juego muchos puntos.

A la vista de todo esto, hacemos lo de siempre, conectar todas las balizas teniendo en cuenta posibles recortes que nos permitan adaptar la estrategia sobre la marcha según avance la carrera. Esta es la conexión que planteamos:
- Salida hacia el noreste por 32-57-42-48-81-74, para conectar con la línea que comentaba, 92-35-82-77-53.
- Subida progresiva por 62-71-41-85-38-63 y vuelta hacia el norte por 31-54-58-75-64
- Subida dura a 91 y entrada en la zona de campos abiertos moviéndonos hacia el sur: 84-73-avituallamiento-47-61-67-56-72-43, y conectar con la línea del sur: 43-51-83-68-100-69-46-52
- Subida hacia la zona de meta: 76-66-93-55-36-65-44-37-33-34-45

Zonas que nos permiten adaptar son la pareja de balizas 55-36 y la zona final 33-34-45.

La salida es rápida por las dos primeras balizas, pero entonces se pone a llover y parece que se nos nublan también las ideas. La baliza 42 nos lleva al que probablemente fue el peor error de la carrera. Salimos a lo alto de la loma, llegamos a un sendero que nos debe servir de referencia pero no ubicamos bien las curvas del sendero. Nos metemos entre el bosque, pero no damos con la casa en ruinas en la que debe estar la baliza. Después de varios ataques y de perder unos 15 minutos, Aurelio la acaba encontrando medio escondida tras unos árboles.





La baliza 48 la encontramos bien pero hacemos un intento de salir directos hacia arriba rumbo a la 81 y nos encontramos con una zona de bosque cerrado, así que decidimos volver atrás tras perder otros 3 o 4 minutos. Las siguientes se nos dan mejor y conseguimos mantenernos cerca del ritmo de 15 minutos por baliza (en realidad algo menos) que necesitaríamos para poder hacerlas todas. El siguiente problema se nos plantea yendo hacia la 82 desde la 35, donde tras avanzar por un sendero nos metemos al noroeste por una vaguada también con vegetación muy espesa, pero aquí no queda otra y nos acabamos comiendo las ramas a bocados. Sigue la pelea por esta zona norte, con un río hacia 77 y 53 que con la lluvia ha dejado las rocas como jabón Nenuco, con lo cual me llevo varios trompazos. Las siguientes son más plácidas, dejando aparte la exigencia de los desniveles a salvar, hasta que llegamos a la 85, que está en una cabaña de piedra entre el bosque. Encontramos una primera como referencia pero no atinamos con el rumbo y la distancia y acabamos dando tumbos durante 10 minutos, con lo cual nos sale otro mal parcial que nos aleja del ritmo requerido. Afortunadamente, tras una 38 también para jabalíes, encadenamos unas cuantas sub-15 minutos, que nos devuelven a la buena senda.

Más allá de los desniveles, como los que hay para llegar a la 91, la llegada a campo abierto facilita las cosas y encadenamos parciales de 10-11 minutos, e incluso uno de 6:30 en 67-56. Eso hace que nos plantemos en la 51 a ritmo de poder hacer todas menos una. El parcial 51-83 se nos vuelve a ir a 21 minutos pero combinado con los 8 minutos de 83-68 nos siguen dejando en superávit. Pero ahora vienen las curvas. La 100, única baliza con 10 puntos y sobre la que la organización ya había avisado de su dificultad técnica, nos obliga a un rodeo por encima de unos cortados y a ir siguiendo unos espolones por los que el avance es lento. Aún sin grandes fallos nos acaba costando casi 25 minutos. La secuencia 69-46-52 nos devuelve al buen camino. La situación en este punto es que nos sobran entre 1 y 2 balizas. Entre dejar los 8 puntos de 55-36 y dejar los 7 de 34-45, de momento decidimos seguir con al plan inicial de ir a por todo y en todo caso dejar de las últimas. De todas formas ahora viene la última subida exigente y veremos que tal se nos da. Echando buena parte de las fuerzas que quedan conseguimos hacer una parcial en subida de 17 minutos a la 76 y otro de unos 20 hacia la 66, ambos por encima de 15 pero que podrían haber sido peores. Y entonces, el apocalipsis...



No lo he dicho pero llevábamos todo el día empapados. Llovió a los 20 minutos de empezar y a partir de ahí entre los chaparrones y la vegetación mojada, no nos secamos en todo el día. Ahora llevábamos 4-5 horas en las que por lo menos no llovía, pero justo al salir de la cueva donde estaba la baliza 66 nos encontramos que se ha puesto a llover de lo lindo. Salimos por el sendero y de repente la lluvia se transforma en granizo, y el granizo en canicas de más de un centímetro con las que nos van ametrallando desde el cielo. Avanzamos con los brazos sobre la cabeza pero llega un momento en que es demasiado y buscamos un árbol que nos ahorre parte de las balas. Y ahí nos quedamos, no se cuánto rato, imagino que entre 5 y 10 minutos, hasta que para la piedra y seguimos rumbo a la 93 entre agua que cae del cielo y el torrente en el que se ha convertido el sendero. Este percance ha modificado la situación y echando números nos sale que es conveniente descartar 36-55. Bueno, no pasa nada, para eso están estos bucles, para adaptar la estrategia. Además, de repente Aurelio y yo sufrimos un pajarón simultáneo de considerables proporciones. Nos partimos una de las barritas que me quedan y eso nos da para recuperar algo de aliento para ir a buscar la 65. La falta de fuerzas se nota y la 44 se nos atraviesa algo. Eso va eliminando la 45, que era la última en los planes iniciales. 37 y 33 no dan problemas y en principio nos da tiempo de ir a la 34, aunque justo. Nos ponemos un límite a las 11h45, para tener tiempo de volver. La aproximación por una vaguada es más lenta de lo que pensábamos y llegamos más justos de la cuenta. La buscamos pero no la encontramos. Entramos en la reserva y llegamos a 11h48... Nada. Tiene que estar al lado, pero no damos con ella, así que nos volvemos hacia la meta, a la que llegamos con unos 5 minutos de margen, tras 70 kilómetros y unos 3500 metros de desnivel positivo, por un terreno muy físico y complicado.
Al final hemos dejado 15 puntos, en un rogaine que comparado con los últimos que hemos hecho era claramente más técnico y difícil. Esta dificultad nos hizo cometer varios fallos de orientación, sobre todo la 42 y la 85, de las que podemos sacar conclusiones constructivas. A nivel de estrategia, francamente volvería a hacer exactamente lo mismo. Sin los fallos y sin el granizo creo que nos daba para completar el recorrido haciendo 3 balizas más (más la 34 que de hecho llegamos al lugar aunque sin encontrarla). Lógicamente puede haber fallos, pero para eso están las posibles adaptaciones de recorrido, que cumplieron bien su función y nos permitieron aprovechar todo el tiempo fichando balizas. Y físicamente, la verdad es que quizá noté algo el cansancio de la semana anterior en Cainejo. Eso y/o una alimentación algo deficiente que me dejó con pocas fuerzas en algún momento de las últimas dos horas. Pero bueno, como conclusión, la verdad es que contentos con la actuación, que nos permitió quedar en primera posición de este Campeonato de España de Iberogaine.


Ahora sí, descanso de orientación durante el verano. Próxima parada en el Trail Carlac dentro de dos semanas, una carrera de tres días en el Valle de Aran que tiene muy buena pinta.

Besos y abrazos


P.D: algunos detalles técnicos: zapatillas, llevé las Cascadia, que probablemente dieron sus últimos coletazos, porque acabaron abiertas por cuatro lados (puedes meter todo el dedo dentro de la zapatilla). En algún momento de roca mojada mostraron que la suela no es su mejor virtud. Su muerte queda certificada a los 430km (sobre todo de rogaines, eso sí que es cierto)
Mochila: nuevamente la Ultimate de 11 litros, que también está diciendo basta
Alimentación: 3 barritas de sésamo y 4 de las Trek (chocolate y coco), más dos bolsas de hidratación con alimento líquido. Bastante justillo
Hidratación: Dos bolsas de hidratación de 0.5 litros, suficiente visto que el día no fue caluroso ni de mucho sudar

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