Aquí va la última del año!
El fin de semana pasado tuvimos el último asalto de la temporada en lo que a rogaines se refiere. La cita en cuestión, la última prueba de Liga Española de Rogaine organizada por la FEDO, en la Sierra Calderona. Esto quedaría a unos 30 kilómetros al norte de Valencia, en una zona de media montaña de la sierra prelitoral valenciana. Allí me encontré nuevamente con Aurelio para disfrutar de otra jornada de orientación, así como con otros amigos de otras veces, Ana, Berni, Lidia, Ester, Pablo, Carol... que venían con las mismas intenciones. Después de una pasar la noche en el pabellón del pueblo de Serra, nos fuimos hacia la salida, situada en un merendero a unos 10 kilómetros. Una particularidad de este rogaine fue que no tuvimos nada de tiempo previo a la salida para preparar la estrategia. Son las normas y son para todos, pero personalmente prefiero que haya tiempo para mirar el mapa antes de salir. El componente estratégico es uno de los factores atractivos del rogaine y eliminando el tiempo de preparación de la estrategia fomentas en cierta forma la moneda al aire a la hora de plantear la carrera y en todo caso favorece a quien haya corrido en ese terreno anteriormente. En todo caso es una opinión, seguramente dada en parte porque yo me lo paso pipa en esos minutos previos en los que hay que trazar el recorrido sobre el mapa.
Sin poder mirar el mapa, lo que sí vemos es que hay montañas al norte de la salida y una zona más llana alrededor y al sur. Si la salida está en el centro es muy probable que lo mejor sea salir en dirección norte, no se si noroeste o noreste... Suena la cuenta atrás, abrimos el mapa (ipreso por las dos caras) y vemos:
- La salida y meta está centrada y bastante al sur.
- El mapa tiene dos caras a 1:15000. Mucha superficie, pero también es cierto que hay grandes zonas sin balizas, sea porque es zona prohibida (al norte) o porque no han colocado balizas allí (franja al este).
- Hay una esquina noreste delimitada por una franja de zona prohibida, donde a simple vista hay balizas de bastantes puntos (91-74-71-53-73-81-90), si bien es cierto que es la zona más alta y con desnivel. Empecemos por allí y ya veremos sobre la marcha.
Mientras caminamos en dirección norte acabamos de trazar la forma de llegar hacia allí. Salimos hacia 60 y 58 y a partir de ahí vamos perfilando el tema sobre la marcha. La decisión final es: 60-58-37-41-50-40-42-43-78-80-61. La baliza 78 es muy incómoda porque obliga a una ida y vuelta si uno no quiere arriesgarse a atravesar la zona de verde teóricamente impenetrable. Al final optamos por la opción conservadora de hacer todo por sendero. Las primeras balizas caen de manera bastante sencilla, basándonos en senderos y en relieve bastante reconocible. Después de la 50, la bajada hacia la 40 se nos hace bastante incómoda porque a pesar de estar indicada como naranja tiene mucho matorral incómodo y piedras que dificultan el avance. Punto a tener en cuenta para lo que queda de carrera. Por lo demás, salvo algo de confusión al ubicar el senderillo que conduce a la 78, la primera hora acaba con un balance muy positivo de 9 balizas.
La tónica cambia significativamente de camino a la 80, primero porque la vuelta nos cuesta 18 minutos y segundo porque en un tropezón se me rompe la brújula. 60 euros a la basura :-( . Estamos llegando al final de lo que teníamos planeado, toca diseñar cómo recorremos toda esta zona noreste. Las balizas 76 y 82 suponen un dilema, porque están muy colgadas en la zona central y tampoco caen bien para hacerlas a la vuelta por el otro lado. Decidimos ir a 76 tras la 61 y una confusión alrededor de la baliza nos hace perder 2-3 minutos que nos incitana descartar la ida y vuelta hasta la 82. Recorremos la esquina noreste haciendo 62-70-90-81-53-73-71-74-91. Nos parece la opción que optimiza desniveles pero aún así nos caen un par de parciales de 15 minutos yendo a 90 y a 81. Nuestro recorrido por esta zona acaba con un ataque algo confuso a la 91, que acaba apareciendo en un agujero muy escondido. Sin haber llegado a mitad de carrera, ya está muy claro que estamos muy lejos de completar el mapa, ni nada que se le parezca, así que con un punto de desconexión nos dirigimos al avituallamiento líquido de la zona norte mientras planeamos lo que queda de carrera.
La idea va a ser la siguiente: 65-64-75-59-69-72-51-52-31-63, y ahí volvemos a mirar. De esta forma dejamos la 92, que está muy colgada y también la 82, que implica una ida y vuelta con bastante desnivel. Exceptuando el ataque a la 64, que hacemos campo a través desde la pista situada al norte del control, el resto de este tramo está bastante basado en pateo por pistas y caminos bastante claros. Llegamos a la 63 con menos de 1h30 por delante, lo que nos lleva a escoger directamente la esquina suroeste, una zona con densidad de balizas relativamente alta y con desniveles menos acusados que en la zona de la que venimos. Un tramo de carretera nos sitúa junto a la 54, y de ahí la secuencia será: 54-35-48-67-55-56-57-44. El ritmo no es muy fuerte pero atinamos bastante los controles. Únicamente alguna dificultad para la 54, que está bastante escondida en un agujero, y un pequeño rodeo extra por el norte del montículo para la 67. Llegados a la 44, nos quedan 20 minutos para meta, por lo que decidimos volver directo pasando por la 38, lo que nos permite llegar sin apuros ni estrés a la meta, con 7 minutos de margen.
El resultado final nos lleva a 224 puntos, lo que nos permite ganar esta última prueba del año. El ritmo ha sido más bajo que el otro día en Murcia, donde salimos como conejos persiguiendo la zanahoria de los 150 euros, pero a nivel de orientación hemos vuelto a hacer una carrera sin grandes fallos. Muy satisfecho en ese sentido, ya que tengo la sensación de que vamos progresando en ese sentido con respecto a hace un año, cuando en cada carrera siempre había algún momento de patinazo. A nivel de estrategia, la verdad es que a pesar de haberla preparado sobre la marcha creo que si hubiese tenido 15 minutos para pensarla hubiésemos hecho más o menos lo mismo. Una salida recogiendo puntos de manera bastante eficiente hacia la zona de más puntos y más exigente físicamente y una vuelta con margen para recoger puntos alrededor de la meta con margen para adaptar la estrategia y aprovechar la totalidad del tiempo de competición. Creo que podríamos haber hecho la 32, de la que no pasamos muy lejos, o que en lugar de la 38 podríamos haber hecho la 46, ganando un puntillo. Con un punto de fuerzas e intensidad como el del otro día en Murcia creo que podríamos haber rascado algo del grupo de controles situado al sureste de la meta, donde hay una línea muy buena en 68-49-47-36. Pero vamos, por rizar un poco el rizo, porque en cualquier caso acabamos muy contentos de haber vuelto a hacer una buena carrera y seguir con la buena racha de este 2017. En 2018 seguiremos insistiendo e intentando mejorar en este minoritario pero bonito deporte. En el horizonte el Campeonato de Europa de Ucrania, en el mes de agosto, y más allá el Mundial de 2019 que esperamos tener la oportunidad de correr "en casa", en La Molina (Girona).
Besos, abrazos y Felices Fiestas!
P.D: Aquí va el clásico desglose de la carrera:
1ª hora: 42 puntos (9 balizas)
2ª hora: 43 puntos (6 balizas)
3ª hora: 43 puntos (6 balizas)
4ª hora: 30 puntos (5 balizas)
5ª hora: 37 puntos (8 balizas)
6ª hora: 28 puntos (6 balizas)
Otros datos de la carrera, 44kms con unos 2000m de desnivel positivo. Menos distancia que en Murcia (47.5km) a pesar de que creo que aquí tiramos más de caminos.
Nada nuevo sobre el material: las clásicas Brooks Cascadia que siguen aguantando y la TO Race Vest 3.0 de Ultimate Direction como mochila. Como anécdota decir que a nivel de alimentación volví a los brioches con filadelfia y mermelada, con unas sensaciones bastante buenas