Marchando otra de trail!
El Night Trail Montoliu es la primera prueba de las Trail Running Series de Lleida, liguilla de carreras que empezó hace tres años y que ha ido creciendo en cuanto a número de pruebas. Se trata de carreras, en general, que aprovechan las pequeñas montañas que surgen aquí y allá en la huerta de Lleida para proponer recorridos entretenidos y bien conseguidos, teniendo en cuenta la dificultad de planear carreras de montaña en esta zona. La de Montoliu tiene el atractivo añadido de ser una carrera nocturna. Son 13 kilómetros con unos 225 metros de desnivel positivo, distribuidos en subidas cortas pero muy explosivas a pequeños "tossals".
Personalmente llegaba a la carrera con muchas dudas. Hace dos semanas tuve un problema en el tobillo al final del Trail Rocacorba, que el fin de semana pasado aún no se me había pasado. Decidí no tocar nada de terreno irregular durante la semana y correr únicamente en plano. Por si fuera poco el miercoles haciendo series, cuando parecía que el tobillo estaba bien, el gemelo hizo acto de presencia y tuve que volver andando a casa con una contractura bastante seria. Hielo a punta pala y sobre todo un fisio con manos de santo, hicieron que al final decidiese ir a la carrera, aunque con aquella inseguridad de la sensación de no hacer lo que debes...
El calentamiento no mejora las cosas, hago un par de kilómetros siguiendo un primer bucle que recorre la carrera y me noto tanto el gemelo como el tobillo. En fin, vamos a probar y a ver qué pasa... Me voy para la salida, donde me encuentro con Pere, Francesc,... viejos amigos que con más o menos dedicación (la que dejan los peques) hacen incursiones en el mundo del "running". Suena la cuenta atrás y salimos calle abajo. Se acabado el especular, a ver cómo están realmente los problemas...
Afortunadamente parece que no ha salido ningún galgo disparado y vamos en grupo a ritmo asequible. Nos metemos en el caminillo por el que he pasado calentando y parece que el tobillo sorprendentemente está mejor que antes. Casi no noto nada así que me pongo primero y decido tantear un poco al personal. Subimos un repecho y se confirman las buenas sensaciones. No noto la molestia en el tobillo y el gemelo lo noto un poco agarrotado pero nada del otro mundo. Venga pues, a correr! Pasamos de nuevo por el pueblo, donde hay gente animando y salgo hacia la noche de la huerta con muy buena onda. Otro repechillo y oigo las respiraciones de mis perseguidores cada vez más lejos. Un poco más allá miro de reojo y solo veo un frontal a unos 50 metros detrás mío. Me propongo no mirar más y centrarme en mi carrera.
Intento coger un ritmo de crucero que no me queme en los 13 kilómetros. Las lucecitas rojas me van guiando por una serie de pistas que presentan subidas suaves por las que se puede correr bien. Una bajada lleva a un colector de aguas que cruza la autopista por debajo. Cojo un camino con más vegetación que cruza un riachuelo en el que si te descuidas acabas con los pies en remojo. En este tramo hay que prestar más atención a los pies y eso lo que tiene es que se te pueden pasar las marcas... Efectivamente. Salgo a una pista y no veo ninguna marca delante de mí. Me extraña que me haya salido del camino porque antes en un desvío habían puesto una cinta en el suelo y aquí no había nada. Subo por la pista con dudas. Igual es que al ser una pista está claro y lo dan por supuesto... No puede ser. Miro atrás y la siguiente luz ha seguido el mismo camino. Me paro y le grito si ve marcas... No me entiende... Sigo hacia arriba... Mirando para todos lados. Me vuelvo a parar... Al final veo unas luces allá arriba que me parecen ser coches o gente con petos reflectantes... Qué va, a la que me acerco veo que eran las luces de un pueblo que está mucho más lejos... Empiezo a mirar por todos lados buscando las ansiadas lucecitas rojas y al final descubro una allá a la izquierda. Bueno pues vamos para allá. Finalmente recupero las luces y veo que el recorrido venía de la izquierda. He estado mirando el Google Earth y me ahorré (yo y los que me siguieron) unos 100 metros. La verdad es que creo que se compensa con el tiempo perdido entre parar, dudar y buscar marcas así que me quedo tranquilo.
Pasado este percance intento centrarme y subo un repecho duro a un primer tossal (tossal es como se les llama en Lleida a las colinas de la huerta). El sendero recorre lo alto de la loma hasta una bajada brusca y vuelve a subir otro repecho duro. Esto se repite dos o tres veces más, dejándome las piernas algo quemadas. El terreno suaviza durante otro kilómetro y volvemos a entrar en otra zona parecida. Repecho, bajada, repecho bajada... Aunque el tobillo no protesta, me tomo las bajadas con calma, ahora que las cosas van bien no las estropeemos... Alguna bajada parece un precipicio, suerte que son cortas y si te embalas enseguida puedes controlar. Los repechos parecido, en principio los voy trotando todos, intentando también conservar el gemelo, pero en alguno tengo que echar las manos al suelo y arrastrarme a cuatro patas. Este rompepiernas me deja algo extenuado, espero que a los de detrás también...
La cosa se tranquiliza y giro a la izquierda, creo que ya para girar en dirección de vuelta al pueblo. Este tramo discurre por un bonito sendero que flanquea por la ladera de otro tossal. Vuelvo a incrementar el ritmo pero sin perder de vista el tobillo. De vez en cuando surge algún otro repecho que rompe el ritmo pero después de ese momento más duro voy a mejor y creo que abriendo hueco. Paso un control y bajo de nuevo hacia el cruce de la autopista. Miro atrás de reojo y no veo a nadie, así que por lo menos hay un minuto de ventaja. Quedan menos de tres kilómetros así que en principio lo tengo bastante encarrilado. Una subida por una pista me deja junto al Canal de Serós. Ya queda poco, seguir el canal, un repechillo y entrada al pueblo. Intento no dejarme ir y mantener un buen ritmo hasta un puente que cruza el canal. Empalmo con una carreterilla que sube y lleva hasta las primeras casas (me acuerdo de limpiarme los mocos para la foto, pocas veces que gano :-p...). Entro al pueblo y una pequeña bajadita me permite alargar la zancada y entrar a buen ritmo en la recta final y en la meta.
Al final 51'52'', es decir un ritmo de 4 minutos pelados por kilómetro. El recorrido es bastante rápido pero contento, sobre todo porque el gemelo y el tobillo han respondido bien (ahora el gemelo está cargado pero creo que dentro de lo normal). Vamos a ver si la recuperación se consolida y puedo empezar a entrenar bien y seguido. Próxima parada si todo va bien, domingo que viene en el Rogaine de l'Anoia, en Capellades.
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