De vuelta de las vacaciones y embarcado ya en la rutina laboral y deportiva, ahí va una de orientación...
El fin de semana pasado estuve por Barcelona en plan "flash", entre otras cosas para correr el segundo rogaine de la temporada con el objetivo de ir mejorando y ver de qué somos capaces de cara al campeonato del mundo de final de agosto. Se hace un pelín pesado hacer 6-7 horas de coche el viernes y otras tantas el domingo, pero sirve para una dosis de deporte, familia y amigos que siempre viene bien. Además el sistema del Blablacar se encarga de hacerlo más barato y siempre es interesante compartir el viaje con gente variopinta. En total dos francesas, un tunecino, una colombiana y un senegalés a la ida; otra colombiana, dos indios y tres hippies universitarios de Montpellier a la vuelta. Así que entretenido...
Si alguno de ellos iba hacia el sur en busca del buen tiempo, no acertó el fin de semana. El sábado amaneció con una lluvia y un viento que hacía que ir a correr por el monte fuese más bien poco apetecible. En medio del diluvio me perdí con el coche camino de El Papiol, gran forma de empezar de camino a una carrera de orientación... Me encuentro a Jaume protegido de la lluvia en su coche, ya preparado, así que hago lo propio y nos vamos para la salida, a escuchar el briefing y esperar al entrega de mapas. Como de costumbre, tenemos 20 minutos para planificar las 6 horas de la carrera. Esto es lo que nos encontramos:
Impresiones a vista: hay una acumulación de balizas en el extremo superior y parecido en el extremo inferior; el centro en cambio está bastante vacío. Total, que se presta bastante para hacer un recorrido circular. La salida está en el centro a la izquierda... ¿que hacemos? ¿sentido horario o antihorario?... La esquina superior izquierda tiene muchos puntos, si la dejamos para el final y llegamos apurados vamos a perder bastante, así que vamos a empezar por ahí y recorrer el mapa en sentido horario. Saldremos hacia la 51-42-83-65-74...
En medio de una lluvia intermitente salimos por el pueblo. Vamos casi solos, así que todo el mundo ha escogido otra estrategia. Da qué pensar... El camino hacia la 51 es un callejeo entretenido por el pueblo, no apto para hipermétropes. Suerte que Jaume tiene la lupa para mirar los detalles del mapa. Fichamos junto a una zona encharcada y nos vamos ha la 42 dando un rodeo por una calle del pueblo. Salimos hacia unos campos y nos encontramos con el primer problema, ya que el camino parece cortado en un sitio donde el mapa no lo indica como tal. Tras un par de minutos de dudas Jaume encuentra un senderillo que atraviesa un riachuelo. Bien mirado el mapa, está bien indicado. A ver si nos centramos... Tirando de caminos y sin más dificultad fichamos la 83, la 65 y la 74 mientras la lluvia aprieta.
Toca ahora la 92, nueve puntos que huelen a dificultades. El ataque a la baliza parece óptimo por un camino desdibujado que lleva a escasos metros por encima de la baliza. Acertamos con los desvíos pero cuando llegamos al sendero definitivo nos lo encontramos cortado. Eso nos lleva a buscar la baliza antes de lo que toca. Empezamos a perder tiempo y a acumular dudas. Volvemos al camino, volvemos a buscar... Al final me voy camino abajo a buscar una referencia segura (una revuelta en el camino, y vuelvo otra vez mirando con atención las curvas. Llego a donde está cortado y forzando un poco veo que se puede pasar y llego hasta un lomo de la montaña que tiene que ser el bueno. Efectivamente lo es. Además ha empezado a llegar gente, así que ubicamos la baliza, algo desmoralizados por el tiempo perdido.
Un equipo mixto que ha fichado justo antes que nosotros ha salido pendiente abajo. Nos tiramos detrás. Otro error, el campo a través en Collserola es muuuuuy peligroso. Acabamos en una vaguada en medio de un zarzal de campeonato. El avance es penoso y desesperantemente lento. Desesperados acabamos saliendo al camino al sudoeste. Definitivamente la baliza 92 ha sido un fracaso completo. Vamos a intentar centrarnos y aprovechar la carrera para mejorar la orientación, que hasta ahora no estamos muy finos...
El camino al que hemos salido nos lleva a la 66, con un acceso algo incómodo y después cruzando un collado y bajando un collado nos plantamos en la 36. La idea es seguir es seguir hacia 75-46-55-95-64, abandonando 35, 56 y 47 que quedan al sur, montaña arriba y con acceso poco evidente. La línea elegida resulta bastante fácil, bien conectada por caminos y con poco desnivel hasta llegar al último repecho que lleva a una urbanización antes de bajar a la 64. Toca escoger la forma de bajar hacia el sur. Parece que la manera más rentable es 73-87-81-84. Las tres primeras no presentan más problema que los rodeos por caminos. En cambio camino a la 84 nos liamos en un vertedero tras una casa, perdiendo algo más de tiempo. En la 81, nos habíamos planteado las opciones 84-44 o 32-31-41 para ir hasta la 96. Escogimos la primera porque tenía más puntos. Ahora me doy cuenta de que la 84 está bien conectada con la 32, así que la opción buena hubiese sido de la 84 hacer 32-31-41. En fin, a toro pasado todos somos Manolete... En el fragor de la batalla nos fuimos por la 44 y nos pegamos un buen pateo hasta la 96.
Ahora tocan la 34 y la 54. La red de caminos es densa, así que llegamos sin problemas a la 34. En cambio yendo a la 54 nos encontramos cerrados dos caminos que en el mapa están marcados como "autopistas". Algo cabreados acabamos atinando con la tercera opción. Siguiente objetivo los 9 puntos de la 94, fáciles por terreno bastante llano, aunque nos cuesta algo de encontrar la cueva en la que está la baliza. Tenemos algo de dudas sobre cómo resolver esta zona sur del mapa. Al final optamos por 63-82-53-62, aunque la primera de ellas supone una ida y vuelta (además fallamos en el ataque a la baliza). Las otras no presentan problema.
A partir de aquí ya empezamos a volver. Empezamos con la 93, algo delicada al final por un camino desdibujado. Coincidimos con la misma pareja con la que nos habíamos metido en el zarzal al principio, en la 92. Dos franceses. Subimos con ellos montaña arriba camino de la 72, por unos caminos más presentes en el mapa que en la realidad. De aquí el plan es ir hacia la 76, pero el tema pinta complicado porque no hay caminos que conecten bien y toca bajar campo a través hacia el norte. Acabamos inevitablemente perdidos en medio del bosque. Vamos bajando pero el terreno es muy malo. Tengo la sensación de que los franceses escogen siempre el mejor paso, lo cual me lleva a un cabreo progresivo, conmigo mismo, con las zarzas y con el mundo en general. Finalmente llegamos a una valla y atravesamos un campo que no sé si es el que marca el mapa. Al otro lado hay otra valla y un cortado. No parece haber más opción así que saltamos una puerta y sin saber muy bien donde estamos llegamos a una pista importante. Vamos al este y un primer camino donde podríamos atravesar hacia la 76 nos lo encontramos cerrado con una puerta. Me cabreo con el mapa. Damos toda la vuelta por el este para ir a buscar el camino que sigue el lomo de la montaña y veo a los franceses más adelante que nos han comido la tostada atravesando por un atajo. Me cabreo con los franceses. Lo bueno es que físicamente me encuentro fantásticamente así que corro a zancada limpia camino abajo, más por desahogarme que por otra cosa. Acabamos llegando a la 76, donde nuevamente los franceses atinan más que nosotros y la encuentran primero.
Invadido por el lado oscuro de la fuerza salgo hacia el camino y la 77, mientras Jaume me dice que me calme. Es ya la última hora y el plan para lo que queda es 77-33-61-86-85 y barrer lo que se pueda alrededor de la meta. 77 y 33 se hacen a base de pata y hoy las patas van mejor que la cabeza así que bien. En cambio la salida de la 61 nos volvemos a liar un poco respecto de otros equipos con los que coincidimos. La 86, nos sale bien, exceptuando un tortazo que me pego en una bajada embarrada que acaba con un par de cortes en la mano. Bueno, ya para lo que queda... El camino hacia la 85 sigue una serie de pistas fáciles si vas bien físicamente, hasta un campo de frutales desde el que se ataca la baliza. Me vuelvo a equivocar y es Jaume el que encuentra el camino a la baliza. Quedan 15 minutos. Salimos a una pista y al pueblo, ya cerca de la meta. Decidimos optar por hacer 43 y 91, dejando la 71. Bajando a la 43 me meto sin querer en una cuneta de hormigón con ese musguillo húmedo resbaladizo. Las zapas escogidas para esta carrera fueron unas Fellcross de Salomon, que Jordi, uno de los fieles lectores del blog, (Jordi no em fallis ;-)) me regaló hace un tiempo. El rendimiento por el terreno embarrado de Collserola el sábado pasado fue exquisito, pero en terreno duro y húmedo son auténticos patines. Me voy al suelo, de paso rompiendo la brújula en tres trozos. Recojo los restos y sigo adelante sin darle muchas vueltas, mientras Jaume ya está encontrando la baliza 43. Salimos monte arriba hacia una calle que lleva a la meta, pero quedan 7 minutos y vamos a apurar hasta la 91. Aunque nos pasásemos de tiempo nos seguiría saliendo a cuenta, ya que vale más los 9 puntos de la baliza que los 5 puntos de penalización si nos pasamos menos de 5 minutos. De todas formas la baliza no presenta muchas dificultades y acabamos llegando a meta con casi dos minutos de margen.
Mis sensaciones contradictorias. Por una parte contento porque físicamente me he encontrado muy bien. Por otra parte cabreado porque tengo la sensación de que la cabeza no ha funcionado y que he cometido un montón de errores. No es que hayamos hecho una mala carrera ni mucho menos, pero es más la sensación de hacer cosas peor de lo que las puedes hacer. En fin... tampoco quiero ser demasiado negativo. De hecho el resultado en la clasificación no pudo ser mejor. Es cierto que los dos equipos que nos ganaron en la Llacuna en enero no participaban aquí, pero también que respecto de otros equipos quedamos más separados que otras veces, lo cual debe querer decir que la estrategia global escogida era bastante buena. Al final se trata de valorar las cosas positivas e intentar aprender de las negativas. En mayo tenemos varias oportunidades para ver si vamos en esa dirección. Dicho sea de paso, con esta victoria ganamos una inscripción al campeonato de Europa, que se celebra en la República Checa en junio. Lo malo para mí es que es el fin de semana de la Ronda dels Cims, donde aparte de estar ya inscrito tengo muchas cuentas pendientes que resolver. Creo que Jaume ya ha encontrado compañero alternativo, así que será un buen viaje y una bonita competición.
Por mi parte mañana tengo más jaleo, una maratón de montaña a algo más de una hora al sur de Lyon. El trail de Mirmande. Objetivo incierto, dado el desconocimiento del terreno y del resto de corredores que tengo en estas carreras por aquí. Creo que me quedo con confirmar las buenas sensaciones que estoy teniendo en los entrenos, casi diría que demasiado buenas...
Besos y abrazos
Ja no baixes mai del podiummmm
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