Aquí va una cortita y al pie,
El domingo pasado fui a correr un carrera en la zona de Val d'Allos, hacia el sur, un lugar que se hizo tristemente famoso por que fue donde se estrelló el avión de German Wings esta primavera. La idea era conocer otro rincón bonito de los infinitos que hay en los Alpes. La carrera en sí, 37 kilómetros con unos 2200m de desnivel positivo. Por el mapa y los tiempos de años anteriores, parecía un recorrido relativamente rápido, con una subida progresiva al principio, un tramo rompepiernas sobre los 2300-2500m, una bajada rápida y un último repecho de los que duelen si vas mal, antes del descenso definitivo a Allos. Un bonito recorrido en una carrera apadrinada por Guillaume Le Normand, un tipo muy simpático con quien ya coincidí en el Trail de Mirmande a principio de temporada y que fue el ganador de la edición de este año de Le Treg, la carrera que hice el año pasado en el Chad.
Para allá me fui el sábado, y después de 4 horas y pico de coche (y eso que parecía que estaba cerca...) planté la tienda en una fuentecilla a la entrada del pueblo. El domingo a las 6 de la mañana a recoger el dorsal y entre unas cosas y otras ya para la salida, a las 8.
En el primer tramo de pista se me va un poco pero al llegar al sendero me vuelvo a acercar y en un momento que duda de por donde va el camino llego a su altura. El calor empieza a apretar y me da que con el botellín y el par de vasos que he bebido no estoy hidratando bien. Al cabo de un poquillo veo que el compañero se queda un poco, e intento trotar en un par de tramos para consolidar la sexta posición, pero en el último repecho antes de llegar al collado resurge de sus cenizas y me alcanza. Pues nada, se ha intentado... Empezamos a bajar y toma él la delantera, forzándome a apretar el ritmo. No debo estar para forzar mucho por que acabo de bruces en el suelo... "ça va?"... "oui, oui, merci..." y seguimos bajando, subiendo un punto de concentración para no repetir aterrizaje. Llegamos al tercer y último avituallamiento, donde me tomo dos vasos de zumo de manzana que me saben a gloria. Él se lo toma con más calma y yo voy tirando, que tengo ganas de llegar. Solo queda bajada, pero es bajada con rellanos, de esas que tienes que ir empujando, así que me vuelve a pillar y en cuanto a salimos a la pista ancha me pasa. La verdad es que estoy en preludio de pajarón (evitado unicamente porque el terreno es favorable) así que se me va yendo sin que yo ofrezca demasiada oposición. Me resigno a la septima posición y voy tirando hacia el fondo del valle, que afortunadamente se acerca rápido. De repente me encuentro a Guillaume tomando fotos y me dice que hay dos corredores cerca... Uno sí, pero el otro?... Alguien que habrá explotado... Efectivamente al cabo de poco veo a uno de los dos corredores que iban vestidos de Salomon que va bajando en modo desconexión. Le paso y aprieto ligeramente, pero el hombre no quiere saber nada de carreras. Mejor, porque yo no estoy para muchas fiestas. Llego al fondo del valle y giro a la derecha para afrontar los últimos dos kilómetros más o menos llanos. Más o menos... me encuentro dos repechos que me sientan como una patada en los riñones, pero después de 10 minutos con un correr bastante cansino vislumbro el parking y la meta. Resultado final: 6º y 3h47' para 37kms, con terreno bastante corredor pero bueno, ahí estaba el desnivel, así que contento con la media (la carrera la ganó Astérix con 3h27'). Después de la carrera creo que entre agua, zumo de manzana (yo fuí el cabrón que se lo acabó...), zumo de uva y coca cola bebí entre 2 y 3 litros de líquido y en cambio no meé hasta la noche, de lo cual deduzco que mi hidratación no fue óptima... Por aquellas cosas de los sistemas de puntuación, acabé subiendo al podio como 3er senior, ya que los tres primeros de la general no contaban para las clasificaciones por categorías. Pues nada, a caballo regalado...
Besos y abrazos
No hay comentarios:
Publicar un comentario